En términos tecnológicos, la computación en la nube es un modelo que ofrece a las empresas independientemente de dónde estén situadas, acceso flexible bajo demanda en Internet a un conjunto compartido de recursos informáticos configurables, incluyendo servidores, bases de datos, aplicaciones de software, capacidad de almacenamiento y potencia de cálculo. Según datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), el 21% de las empresas de la Unión Europea (UE) utilizaron el cloud en 2016. Entre los países más activos en el uso de este tipo de soluciones destaca Finalndia, con el 57% de penetración; Suecia, con el 48% y Dinamarca, con un 42%. España, por su parte se encuentra en la zona media de la tabla, con el 18% de las empresas ‘conectadas’ a la nube, sin embargo, la media del país está por debajo de la de la UE. En países como Grecia, Letonia, Polonia, Rumania y Bulgaria, su uso se redujo a menos del 10% de compañías. El 51% de estas compañías que sí utilizan el cloud compunting, usó los servicios avanzados relacionadas con las aplicaciones de software financiero y contable, gestión de relaciones con clientes o con el uso de energía para hacer funcionar las aplicaciones de negocio de computación. Según el análisis de la Oficina Europea de Estadística, en dos años, el uso del cloud aumentó especialmente entre las grandes compañías, concretamente, en 10 puntos porcentuales. En cuanto a la dependencia de las corporaciones de este tipo de soluciones, el 51% de las empresas de la UE que utilizaron la nube en 2016 eran ‘altamente dependientes’, mientras que el 46% no utilizó ninguno de los servicios avanzados, posicionándose en el nivel ‘dependencia media’. La mayoría de las empresas del sector de la fabricación (57%) pertenecía a este grupo, mientras que la mayoría de la información y la comunicación (68%) reportó un mayor uso de servicios avanzados y por lo tanto tuvo una dependencia alta. Nube pública ‘vs’ nube privada Los proveedores de servicios pueden ofrecer soluciones cloud en dos formas principales: a través de los servidores públicos de la nube (el 15% de las empresas) o servidores de nube privada (8% de las empresas). Este último, por definición, implican un entorno de un solo inquilino, donde el hardware, el almacenamiento y la red se reservan para una sola empresa. En consecuencia, la infraestructura garantiza altos niveles de seguridad, ya que otros clientes del proveedor de servicios no pueden acceder a los mismos recursos. El 24% de las grandes empresas prefirieron la nube privada el pasado año, mientras que la nube pública fue utilizada por el 32% de las grandes empresas y el 14% de las pymes de la UE. Según las encuestas realizadas por Eurostat, las empresas que utilizan servicios de computación en la nube apuntaron varios factores que limitan su uso. El riesgo de un fallo de seguridad es el más importante tanto para grandes empresas como para pymes, (57% y 38% respectivamente). El uso de los servicios de computación en nube puede requerir habilidades específicas de gestión de las TIC, en particular para evaluar la necesidad y el uso de herramientas para medir el consumo de los recursos de TI con precisión. Por lo tanto, el conocimiento o la insuficiencia de conocimientos pueden limitar la adopción de la computación en nube. Una de cada tres pymes, el 32% que utilizó la nubel en 2016 señala esto como un factor limitante, en comparación con menos de uno de cada cinco grandes empresas, el 17%. Una proporción similar de pequeñas y medianas compañías que ya han adoptado el cloud considera el alto coste de los servicios como otro factor que limita su utilización.
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