¿Cómo anda de salud el crédito americano? Según el último índice de préstamos para pequeñas empresas de Thomson Reuters/PayNet, el dinero que fluye a las pymes americanas cayó en febrero a su nivel más bajo en cinco meses. Una cifra que en parte se explica por el duro invierno que ha congelado la economía norteamericana. Sin embargo, para los próximos meses se esperan cifras más optimistas. Ya hay datos que apuntan en esta dirección como el crecimiento del empleo, el incremento de la producción industrial y el aumento de las ventas.
Esta es la realidad dentro de las fronteras de Estados Unidos, lo interesante lo encontramos cuando salimos de ellas y nos dirigimos, por ejemplo a Europa, donde el acceso a la financiación sigue siendo uno de los principales problemas de las pymes europeas en general y de las españolas en particular. Según la última encuesta publicada por el Banco Central Europeo (BCE), el 10% de las pequeñas y medianas empresas españolas ve rechazada su petición de préstamo bancario y un 5% ni siquiera lo solicita por miedo al rechazo. A esto se suma la impresión de que las condiciones de financiación han empeorado en los últimos meses.
Fuentes del sector bancario español aseguran que esta situación va a cambiar y que en los próximos meses el sistema financiero pondrá a disposición de las empresas 160.000 millones de euros, una cifra que todavía no llega a los niveles registrados en 2011. Banco Santander tiene previsto elevar en 61.000 clientes el colectivo de pymes para las que dispondrá de casi 32.000 millones de euros, mientras que Caixabank quiere sumar 200.000 autónomos y micropymes en dos años. Intenciones que todavía no se reflejan en el día a día empresarial: según el Banco de España, las entidades de crédito residentes en España concedieron en el mes de marzo préstamos por valor de 630.620 millones de euros ? una cifra que se traduce en una caída del 9,5% en la tasa interanual, una de las más pronunciadas desde el comienzo de la crisis. Así que hasta que ese momento se materialice, la financiación se va abriendo camino por otras vías. Vías que tienen su origen, sobre todo, en Estados Unidos.
A diferencia de Estados Unidos, el préstamo directo es, todavía, nuevo en Europa, donde son pocas las pequeñas y medianas empresas que van más allá de los bancos o de los organismos oficiales, como el ICO en el caso de España, a la hora de pedir un préstamo. La realidad es que la crisis económica, las nuevas reglas bancarias y la preocupación de los bancos por reducir la deuda de sus portfolios, hacen que las entidades se muestren extremadamente reacias a la hora de prestar dinero a proyectos arriesgados. Como resultado, es razonable que las pequeñas empresas, muchas de ellas en España, vuelvan sus ojos a este tipo de firmas de inversión más despreocupadas a la hora de ofrecer financiación. Los tipos de interés son más altos, pero el dinero llega con más facilidad.
Los préstamos de entidades no bancarias a empresas europeas se triplicó en el último trimestre de 2013, según un estudio reciente de Deloitte. La mitad de estas entidades son norteamericanas. La mayor parte de los créditos se van a Reino Unido, un 50%, seguido de Francia (25%) y Alemania (11%).
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