Esta subasta era muy esperada por el mercado para comprobar el efecto que las últimas medidas del Banco Central Europeo (BCE) y los resultados electorales en Grecia han tenido sobre el sentimiento de los inversores.
Finalmente, el Tesoro ha colocado 560 millones de euros en papel a 3 meses, algo menos que los 730 millones de la última subasta al mismo plazo. Pero lo importante es que el Estado solo ha tenido que pagar un 0,018% de rentabilidad a los inversores para colocarla, desde el 0,2% que pagó en la subasta anterior. Además, tal y como recuerda José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, la demanda "sigue siendo importante", con un ratio bid to cover (btc) de 4,2 veces la adjudicación desde las 3,2 veces antes.
Por lo que respecta a la deuda emitida a 9 meses, el Tesoro ha colocado unos 2.000 millones de euros, frente a los 1.820 que se colocaron en la subasta anterior al mismo plazo. La rentabilidad media de este plazo también ha caído hasta niveles de 0,137%, desde el 0,373% anterior. En total, los inversores han solicitado 2,6 veces la adjudicación. El ratio de la subasta anterior del mismo plazo fue 2.7 veces.
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