La digitalización y la sostenibilidad son los principales retos que afrontan las empresas en la actualidad. Aun cuando parecen apuntar a direcciones distintas, lo cierto es que están destinadas a entenderse y a coexistir de forma ordenada si no queremos poner en peligro el mundo en que vivimos y su futuro. No podemos mirar hacia otro lado ante el cambio climático; no podemos ocultar una realidad que nos amenaza día a día. De lo contrario, de nada nos servirán los avances tecnológicos ni el progreso en general, si no podemos disfrutar de un planeta saludable. Lo primero es tomar conciencia.
Afortunadamente, esa ola verde cada vez se hace más grande, a pesar de algunos recalcitrantes negacionistas. El mensaje de sostenibilidad está calando en la sociedad y llegando de forma transversal a todos los ámbitos. En esta cruzada colectiva, el liderazgo juega un papel fundamental. Liderazgo en el ámbito político, sí, pero también y, sobre todo, en el terreno empresarial.
Necesitamos un liderazgo en las empresas que practique el green management, una forma de gestionar equipos, procesos y proyectos en clave sostenible dentro de las organizaciones empresariales. Ese principio debe regir en todos y cada uno de los componentes de ese colectivo. Y el máximo responsable y cabeza visible debe ser el líder verde, cuyo papel es hacer compatible el desempeño empresarial de éxito con el bienestar del planeta y del bien común.
Es una tarea ingente. Aquí no valen discursos grandilocuentes, ni bonitas frases sobre el compromiso de la entidad con el medio ambiente. Cuentan las acciones; la práctica diaria de la sostenibilidad inyectando en vena a todos los valores medioambientales, sociales y de buen gobierno en la operativa de la compañía. En este sentido, la coherencia y la consistencia del propio líder es fundamental para hacer que la empresa piense, sienta y actúe en verde sin renunciar a su rentabilidad.
Tan importante es el cuidado del medio ambiente como el bienestar físico, mental y emocional de los trabajadores. La sostenibilidad representa una manera respetuosa de relacionarse con el entorno, y también está en línea con la actual sensibilidad social que afecta a los empleados. Ese alineamiento entre los objetivos de la empresa y los de sus propios trabajadores harán que todos remen en la misma dirección con el verde como principal color de su bandera.
En el paquete de líder verde también se incluyen valores como la conciliación entre vida personal y profesional, el bienestar de sus empleados y un trato justo, cercano y humano. Esto se encuentra hoy en el corazón de la estrategia de las compañías más exitosas del mundo. Conseguir el engagement adecuado de todo el equipo es la ventaja más competitiva que tienen las empresas para participar estratégica y funcionalmente en la sostenibilidad global del negocio a largo plazo.
La sostenibilidad no equivale únicamente a medio ambiente. Ese es solo uno de los tres pilares de los llamados criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno) sobre el que se apoya la sostenibilidad empresarial y financiera. Tan necesario o más como reducir la huella ambiental de las actividades empresariales es asegurarse de que éstas se rigen por parámetros de ética y transparencia, en respuesta a las necesidades y sensibilidad social del momento. Así, pues, construir una organización sostenible no consiste únicamente en teñir de verde su discurso, sino que se extiende también al apoyo a la comunidad, el cuidado de los trabajadores y resto de grupos de interés, así como asegurar la continuidad del proyecto de forma alineada con el bien común.
El líder ha de saber crear un ecosistema interno que favorezca la colaboración, la creatividad, la innovación tecnológica, el pensamiento crítico y la gestión de las emociones para canalizar el talento empresarial hacia la consecución de esos objetivos sostenibles.
La tecnología y, más en concreto, la Inteligencia Artificial tan en boga hoy en día, deben integrarse en esta perspectiva sostenible para generar un impacto positivo y duradero. Tecnología y sostenibilidad deben ir de la mano en la resolución de problemas complejos y la creación de oportunidades de negocio sostenibles.
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