Desde que la comunidad internacional se comprometiera ampliamente con la sostenibilidad y estableciera una hoja de ruta hasta el 2030, contemplando 17 nuevos objetivos y 169 metas para los próximos quince años, cada vez son más las empresas que incorporan en su enfoque de gestión, de una manera u otra los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin lugar a dudas, la integración de los ODS en la estrategia de cualquier empresa aporta notables ventajas. En primer lugar, articula y vertebra el discurso y las iniciativas de sostenibilidad de cualquier organización y les da visibilidad y coherencia ante la sociedad. Igualmente permite utilizar un lenguaje común al de otras empresas, resto de sus grupos de interés y del conjunto de la sociedad en materia de sostenibilidad y reputación corporativa. Además, permite fijar prioridades, anticipar los avances legislativos y regulatorios, reducir la exposición global al riesgo, avanzar con nuevas estrategias de RSC y aprovechar las oportunidades de negocio que se presentan con impacto socioambiental positivo. Las empresas cuentan con un protocolo de referencia, el SDG Compass, para integrar los ODS en su estrategia hacia la sostenibilidad. El SDG Compass fue diseñado por el GRI, el Pacto Mundial y el World Business Conuncil for Sustainable Development. Este protocolo de actuación está estructurado en cinco etapas que buscan facilitar a las empresas la comprensión de los ODS y en qué forma pueden ser integrados en la estrategia de una organización, para finalmente dar paso al reporting y o comunicación. Probablemente y a la vista de la experiencia, este protocolo haya podido resultar insuficiente y de una forma progresiva, somos testigos de cómo proliferan otras guías, herramientas que complementan ese protocolo y pretenden ayudar a las organizaciones a lograr su integración. Naturalmente y como acostumbra a ocurrir, es probable que algunas organizaciones hayan optado por limitarse a comunicar su contribución a las distintas metas, o incluso las más preocupadas por su reputación, hayan elaborado costosos planes de marketing. Desde luego que no voy a ser yo quien diga que todo ello no es positivo y que de una forma u otra contribuye a la consecución de las metas. Pero en ese punto de avance es cuando me doy cuenta de que muchas organizaciones se han saltado los pasos del protocolo y siguen sin comprender el verdadero alcance de los ODS y por ello no los terminan por interiorizarlo en su estrategia. Personalmente no creo que pueda haber una sola empresa en España, en Europa o en el Mundo que pueda llegar a pensar que los ODS no debe ser una de las cuestiones que deben estar presentes en su proceso de planificación estratégica. Pero para ello, es fundamental comprender dos cosas. La primera, que es mucho más fácil lograr el éxito empresarial en un entorno sostenible, y la segunda es el carácter universal de los ODS pues no afectan solo a los países pobres, sino también a los de renta media y alta, si también a España y al resto de la Unión Europea. Sin pretender entrar en mayor profundidad, y a modo de ejemplo, es fácil intuir el impacto que supone la tasa de desempleo de España en su consumo interno, una de los motores de crecimiento de cualquier economía. Algo más difícil de intuir pero no por ello menos obvio, sería establecer una relación entre la tasa de abandono escolar y su impacto negativo en el crecimiento de nuestra economía. Otro ejemplo, y mucho más fácil de comprender, es que las tasas de crecimiento actuales de la demanda agrícola de recursos de agua son insostenibles, con el correspondiente impacto en el sector agro. Tan solo son algunos ejemplos, y por supuesto cada organización debería de hacer el ejercicio de preguntarse qué recorrido tienen los ODS en su ámbito de actuación y qué relevancia presentan para su modelo de negocio con el fijar de identificar las prioridades sobre las que se debe de centrar e incorporándolas en su proceso de planificación estratégica. Javier Dueñas, director de Responsabilidad Social Corporativa y Calidad Global en Grupo Cooperativo Cajamar
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