El Mundial de fútbol de Brasil 2014 también está siendo el perfecto escenario para la celebración de decenas de reuniones gubernamentales aprovechando la visita de varios presidentes o primeros ministros que llegan al país sudamericano para animar a sus selecciones.
Solo al partido inaugural del torneo, el pasado 12 de junio en el Arena Corinthians de Sao Paulo, acudieron la presidenta chilena Michelle Bachelet, la de Surinam, Desiré Bouterse, el ecuatoriano Rafael Correa, el ghanés John Dramani Mahama, el uruguayo José Mujica, el angoleño José Eduardo dos Santos, el boliviano Evo Morales, el gabonés Ali Bongo Odimba y el paraguayo Horacio Cartes (Paraguay);
Además, en el Brasil-Crocia inaugural también estuvieron el primer ministro de Croacia, Zorán Milanovic, el emir de Qatar, Tamin Bin Hamad al-Thani; y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, que se reunió de forma privada con algunos, recibió al máximo dirigente de la ONU y al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quienes se comprometieron a promover la paz y a luchar contra todo tipo de discriminación durante el Mundial, tal y como ya Brasil lleva meses promocionando.
"Hoy nos empeñamos no únicamente por la victoria en el deporte sino también por la victoria de la paz", informaron en un comunicado conjunto, donde también se podía leer que "Brasil, las Naciones Unidas y la FIFA comparten un mensaje de paz, tolerancia y respeto por los derecho humanos".
Un día después, Michelle Bachelet se reunía con Rousseff tras asistir al partido entre Chile y Australia que los latinoamericanos acabarían ganando por tres goles a uno. En dicho encuentro, ambos países cerraron un acuerdo por el cual la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil y la Sociedad de Fomento Fabril (Sofafa) de Chile se comprometieron a fomentar la cooperación bilateral entre los sectores privados.
El objetivo de dicho pacto, según medios locales, es que Brasil pueda expandir sus horizontes comerciales de la industria nacional más allá del Mercosur, zona que forma junto a Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela.
Asimismo, ambas mandatarias firmaron un acuerdo por el que intercambiarán información sobre violaciones de derechos humanos en las dictaduras que asolaron a sus respectivos países, donde Rousseff fue guerrillera y fue torturada en la cárcel por los militares brasileños y en la Bachelet además de perder a su padre, fue perseguida por la maquinaria de Augusto Pinochet.
Durante la segunda semana del Mundial, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, también llegará a tierras brasileñas para animar a su equipo y aprovechar la visita para entrevistarse con la presidenta local, en un relación bilateral que pasa por horas bajas desde que se diera a conocer el sistema de espionaje masivo del gobierno estadounidense.
En una apretada agenda, Rousseff se reunirá a su vez con su homóloga alemana, la canciller Angela Merkel, con quien acudirá al Portugal-Alemania. Entre las otras visitas de los próximos días están también las del presidente hondureño Juan Orlando Hernández, y la del príncipe Alberto de Mónaco, que presenciará el Argentina-Bosnia.
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