Nada más coronarse como Rey, a Felipe VI se le llena la agenda de retos, algunos difíciles, por cumplir. Quizá el más importante es revitalizar la Monarquía, una institución que ha quedado ciertamente maltrecha por los acontecimientos ocurridos en los últimos meses (los casos de escándalo y corrupción protagonizados por Iñaki Urdangarín) y las salidas de caza de Don Juan Carlos I en medio de la mayor crisis que ha asolado a España.
Dicen que Don Felipe es muy consciente de que no tiene un ’23-F’ que le sirva de impulso ante la ciudadanía. Pero también es cierto que cuenta con una imagen sólida y muy respetable y se ha ganado la confianza de los ciudadanos en su tiempo con Príncipe.
Otro de los retos de Felipe VI es impulsar una reforma constitucional profunda.y mejorar las relaciones con Cataluña. El Príncipe de Asturias tiene una relación muy fluida con la comunidad catalana, en parte gracias a la Fundació Princep de Girona, que le ha servido como plataforma para mantener contactos regulares con los principales protagonistas del panorama institucional y empresarial catalán.
Además, el nuevo Rey deberá seguir apoyando al Gobierno de Mariano Rajoy para impulsar las reformas necesarias para que España salga definitivamente de la crisis.
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