Según informa Cadena Ser, desde la imputación de Álvarez, el ministro de Economía, Luis de Guindos ha insistido en forzar la renuncia. Verbalmente apelaba a su responsabilidad, pero al tiempo el Gobierno encargó a su representante en el Consejo de Administración del Banco Europeo de Inversiones (BEI) que se mirase los trámites para cesar a la vicepresidenta, para lo que pidió por carta al presidente del BEI un dictamen de sus servicios sobre los procedimientos internos para conseguir el cese de Magdalena Álvarez.
Su puesto lo ocuparía otro español, por lo que el ministro de Guindos conseguiría colocar a una persona de su confianza en la vicepresidencia del BEI. Además, el Gobierno del PP se desembaraza de una persona en un puesto de relevancia internacional que no ha sido designado por él.
La renuncia de Magdalena Álvarez es una decisión voluntaria. No está obligada por los estatutos del BEI. Tampoco por la normativa española, que respecto a altos cargos en el sector bancario señala que la existencia de imputación no es razón suficiente para dudar de su reputación.
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