Las comisiones son uno de los principales escollos para invertir en fondos de inversión. Eso es lo que se deduce del último informe elaborado por Legg Mason. La gestora desarrolla como cada año el Global Investment Survey en el que destaca que la mayoría de los españoles consideran que un régimen tributario más favorable y unas comisiones más reducidas son los factores clave que haría que invirtieran más en fondos de inversión. Los datos son absolutamente reveladores. Y es que el 75% de los inversores españoles —el porcentaje más de todo el conjunto europeo— asegura que la crisis financiera de iniciada entre 2007 y 2008 junto con la consiguiente recesión siguen influyendo en sus decisiones de ahorro e inversión. Para ahonda más, mientras que el 21% de los españoles asegura no disponer ningún vehículo de inversión o ahorro, el 28% afirma tener ambos. Hay una disparidad importante. Sin embargo, lo relevante es que existe una distancia bastante importante entre los inversores que solamente tienen ahorros, situados en el 46%, con respecto a los que únicamente disponen de inversiones, que llegan al 4%. En aras de aumentar el capital asignado a los fondos de inversión por parte de los inversores de España, el 34% de los consultados por el estudio apunta que sería necesario “un régimen tributario más favorable”. Además, el mismo porcentaje aseguró que el punto más importante sería tener la posibilidad de contar con unas “comisiones más reducidas”. De esta manera, como tercer motivo se encontraría “una mayor transparencia en las comisiones”, el cual resulta vital para el 32% de los encuestados. En cuanto al nivel de tolerancia general al riesgo por parte de los inversores españoles, el estudio cifra en que más de las tres cuartas partes, el 76%, se consideran “algo conservadores” o “muy conservadores” para realizar inversiones de largo plazo. Para ser más exactos hasta el 36% describe su nivel de tolerancia como “muy conservadora”. Asimismo, el informe publicado por Legg Mason apunta que los españoles son los inversores europeos que poseen un mayor porcentaje de inversiones asignadas a “inversiones no tradicionales”, como por ejemplo las materias primas. El porcentaje llegaría incluso al 10% de la cartera. En cuanto a la distribución geográfica de sus activos, es destacable que algo más de la mitad de los inversores españoles (54%) cuenta con el 100% de sus inversiones en España. Este porcentaje les convierte, junto a los franceses, en los inversores que menos diversifican por región (el 55% de los franceses cuenta con el 100% de sus activos invertidos en su país). Por último, Javier Mallo, responsable de Legg Mason para España y Portugal, explica sobre el estudio que “muestra que España cuenta con la mayor brecha de Europa en cuanto a la rentabilidad que los inversores esperan de sus inversiones y lo que obtienen en realidad”. Una brecha que evidencia el “mucho trabajo que queda por hacer a la hora de buscar y elegir el producto más adecuado para cada perfil de inversor”.
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