“Esperamos poder firmar un proyecto final antes de Navidad”, escribió en Twitter el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, después que el Senado norteamericano aprobara la ley de reforma fiscal que propone “la mayor reducción de impuestos de los últimos 30 años”. Mientras se cumplen los pasos legislativos para su aprobación también en la Cámara de Representantes antes de llegar a la firma final de Trump, la reforma continúa provocando reacciones políticas internas e internacionales. Entre las primeras se cuentan las quejas de opositores al mandatario republicano, que consideran la nueva normativa como un beneficio “de aquellos que ya son millonarios, de aquellos que ya son poderosos», según dijo el senador demócrata Chuck Schumer. Del lado externo, el proyecto ha encendido un alerta en México, cuya economía está directamente vinculada con la norteamericana, debido a la reducción de cargas impositivas que contempla la nueva ley para estimular a las empresas que regresen a Estados Unidos. Ajustes tributarios México “también deberá de hacer un viraje para replantear su esquema en esa materia”, dijo Alejandro Werner, director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, en referencia a la propuesta de Trump de reducir del 35% al 20% la carga impositiva a las empresas para que regresen a Estados Unidos. “Probablemente en México también tengamos que bajar el ISR (Impuesto Sobre la Renta) y seguir ampliando la base y los impuestos indirectos”, dijo el funcionario en Ciudad de México, en un foro de ejecutivos financieros. Werner, que fue director de Planificación Económica de Hacienda de ese país, indicó que si México va a reducir el ISR, deberá compensar ese déficit con impuestos indirectos como el Impuesto al Valor Agregado (IVA). “El impuesto a la repatriación de capitales puede provocar que multinacionales que operan en México distribuyan sus dividendos en Estados Unidos”, señaló por su parte Enrique Hernández, de la firma Procopio, en California, en un análisis del diario local El Financiero. Este impuesto “podría impactar en los planes de inversión futuros de dichas subsidiarias en México, que se hubieran realizado con una reinversión de utilidades”, concluyó el analista. La reforma debe ahora ser sometida a escrutinio de diputados para consolidar un texto final.
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