«MiFID II persigue la protección total del cliente»

EFPA España se encuentra entre las organizaciones autorizadas para acreditar la formación de los asesores financieros. Una acreditación que será necesaria a partir del 3 de enero de 2018. Desde el año 2000, EFPA se dedica a la cualificación y la formación continua de los asesores con cerca de 20.000 asociados que, según Josep Soler, presidente de EFPA Europa, «tienen la plena certeza de que, con la puesta en marcha de MiFID II, estarán completamente preparados para seguir ofreciendo el mejor servicio al cliente» La autoridad europea ESMA tuvo en cuenta muchas de las observaciones de EFPA durante el periodo consultivo y consideró apropiada la estructura de certificación, registro y formación continua de EFPA. Para comprender que supone para el mercado financiero, la obligatoriedad de formación y acreditación de los profesionales, Josep Soler, ha respondido para Funds & Markets las siguientes preguntas: ¿Qué supone que la nueva normativa MiFID II obligue a los asesores financieros a tener una certificación autorizada? ¿Y el inversor particular también se verá beneficiado? Sin duda el inversor particular también se verá beneficiado. Tras la crisis financiera es cierto que todos los players del sector fueron tomando mayor conciencia sobre la importancia del mejor servicio al cliente, para recuperar la confianza en el sector. MiFID II persigue la protección total del cliente, incidiendo en la transparencia a la hora de ofrecer un servicio de asesoramiento y en la cualificación mínima. En EFPA añadimos la importancia de cumplir un estricto código ético. Las cuatro certificaciones de EFPA España -EIA, EIP, EFA y EFP- han sido incluidas dentro del listado de títulos acreditativos de la formación con que debe contar el personal que informa y asesora en las redes de venta de las entidades financieras según informa la Comisión Nacional del Mercado de Valores. ¿En qué se diferencian estas cuatros certificaciones? La certificación European Investment Assistant (EIA) reconoce la cualificación necesaria para ofrecer información de acuerdo a las directrices de ESMA y a los criterios que éstos establecen sobre conocimientos y competencias para proporcionar información en materia de inversión. La certificación European Investment Practitioner (EIP) reconoce la cualificación necesaria para ofrecer asesoramiento habitualmente puntual, de acuerdo a las directrices de ESMA y a los criterios que éstas establecen sobre conocimientos y competencias para asesorar en materia de inversión. El EFA (European Financial Advisor) certifica la idoneidad profesional para ejercer tareas de consejo, gestión y asesoría financiera a particulares en banca personal o privada, servicios financieros orientados al cliente individual y cualquier función profesional bancaria, de seguros o independiente, que implique la oferta de un servicio integrado de asesoría patrimonial y financiera. La certificación EFP (European Financial Planner) acredita la idoneidad profesional para ejercer tareas de planificación financiera personal integral de alto nivel de complejidad y volumen, en banca privada, family office y otros servicios de consultoría para patrimonios elevados. La certificación EFP sería la más elevada en cuanto al nivel de excelencia en el asesoramiento financiero a nivel europeo. ¿Cuántos asesores financieros tienen esta certificación? ¿Y qué supone para los propios asesores financieros? La certificación EFP, que nació en el año 2010, cuenta con el mayor nivel de asesoramiento en toda Europa. En España, más de 500 profesionales cuentan con esta certificación. El EFP garantiza el mayor nivel de excelencia en el asesoramiento financiero a nivel europeo, por lo que está cada vez mejor valorado por los profesionales de la banca privada especializada. Según los estándares de calidad de la Unión Europea, el certificación EFP alcanza un nivel EQF 7/8. ¿Con cuántas entidades financieras tienen ya cerrados acuerdos de formación y certificación? EFPA cuenta ya con 55 socios corporativos, entre los que se encuentran las principales entidades bancarias y gestoras de fondos nacionales y extranjeras. Conforme a estos acuerdos, las entidades participarán en acciones de apoyo a la labor de cualificación y certificación profesional de EFPA España, así como en otros proyectos de la asociación para adaptar la oferta de productos financieros a la legislación y recomendaciones vigentes. Del mismo modo, EFPA España se compromete a colaborar con la entidad en la difusión de aquellas iniciativas que fomenten el conocimiento de las novedades en el ámbito de la gestión de carteras y la composición de instrumentos financieros. De los puntos sobre formación que se piden desde la UE, ¿en qué aspectos tendrán que incidirse en mayor medida en España y en cuáles menos? Sin duda, consideramos fundamental incidir en la formación continua, que resulta fundamental en un mercado en constante cambio y con cada vez mayor competencia entre entidades que lanzan constantemente nuevos productos. De acuerdo con ESMA, las cualificaciones deberían estar sometidas al cumplimiento de un código de conducta profesional (código ético) y su incumplimiento debería implicar la pérdida de las ‘cualificaciones y competencia’ exigidas para ejercer profesionalmente. Esto es algo que ya cumplen de forma taxativa los asociados de EFPA desde su creación. En realidad, la inmensa mayoría de los profesionales cumplen estos requerimientos éticos, pero la mala praxis de solo unos pocos hizo mucho daño a toda la profesión. A medio y largo plazo, ¿cree que las obligaciones por parte de ESMA serán suficientes para garantizar en Europa y en España las buenas prácticas de venta y asesoramiento financiero? MiFID II, y las directrices marcadas por la autoridad europea, son bastante ambiciosas y, en el caso de España, a la espera de ver cómo se desarrolla la nueva normativa, estamos convencidos de que supondrá un salto cualitativo. CNMV ha mostrado su interés por aprovechar este momento para que la profesión se ponga a la altura del resto de países de nuestro entorno. Hasta ahora, España suponía una anomalía puesto que no se requería ni cualificación ni experiencia mínima para sentarse con un cliente ¿En qué aspectos de formación o praxis sobresalen los profesionales españoles respecto al resto de europeos? ¿Y en cuáles se quedan por detrás? Al ser un país muy bancarizado, es cierto que, más allá de algunos casos concretos, debemos poner en valor la relación de confianza que se ha establecido a lo largo de los años entre los empleados de la banca tradicional y sus clientes. Además, en los últimos años, creo que se ha producido un esfuerzo de profesionalización en todos los estamentos. De hecho, en el caso de la banca privada, creo que la amplia competencia hace que el servicio para clientes haya alcanzado unos niveles de excelencia, comparables con los de cualquier otro país. Por otro lado, probablemente hubo un abuso de distribución de productos propios, sobre todo en momentos donde la prioridad de las entidades era la de captar pasivo. Sin duda, el fomento de la educación financiera, por parte de todos los actores del sector, será fundamental para que el cliente cada vez conozca mejor cómo funcionan los productos y, sobre todo, que cuentan con una amplia gama de opciones a la hora de establecer su cartera.

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