El euro despidió 2013 rondando los 1,37 dólares, y actualmente se sitúa en 1,28 unidades. Es decir, una caída del 6,5% en menos de nueve meses. Una debilidad que se ha visto acentuada por la fortaleza de la divisa estadounidense que empieza a contar con todo el apoyo de la Reserva Federal estadounidense.
El camino de la Fed y el BCE se ha bifurcado definitivamente, y este contexto es sin duda beneficioso para el billete verde. "El dólar debería fortalecerse en los próximos trimestres. El cruce de divisas vendrá determinado en primer lugar por la fuerte divergencia en la política monetaria aplicada por ambos bancos centrales, ya que mientras que la Fed ya está aplicando una estrategia de salida, el BCE acaba de anunciar un importante paquete de medidas de estímulo monetario", recuerdan desde el Departamento de Análisis de Bankinter.
La macro de EE UU, clave
Los expertos aseguran que el cruce de divisas también vendrá determinado por el pulso macroeconómico EE UU se encuentra en una posición de clara ventaja con respecto a Europa. Por eso, hace unos meses modificaron su rango de referencia para este año hasta 1,30/1,35 desde 1,30/1,40, "mientras que en 2015 el cruce de divisas debería retornar al rango de referencia 1,25/,1,35".
El parón en el crecimiento económico en la zona euro hace que los inversores miren con alivio las previsiones de debilidad de la moneda única. "Las compañías europeas con exposición global de sus ventas ven mucho mejor un euro más cerca de 1,20 que de 1,40", explicaban los expertos de Renta 4 en un reciente análisis sobre la divisa. Y es que ganar competitividad es la misión del BCE a través de la moneda. A pesar de que países como España, donde más de la mitad de las exportaciones van a la zona euro, no se verán tan beneficiadas.
Pero no solo eso. Los expertos van más allá y señalan el positivo impacto en el crecimiento macroeconómico de la región, rebajando las presiones inflacionistas. ¿Por qué? Pues porque un euro débil presionaría al alza los precios por el encarecimiento de las importaciones.
A juicio de la firma, la depreciación del euro también ayudaría a incrementar los beneficios empresariales. Esta mejora "trae consigo el abaratamiento de las compañías a precios constantes, mejora la salud de los balances empresariales y fomenta el incremento de la inversión (capex) y la creación de empleo, que a su vez haría incrementar el consumo privado".
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