La gestión del talento en MAPFRE es parte de nuestra travesía hacia el éxito. Contamos con una fuerza laboral global de más de 30.000 empleados y por ello nos enfrentamos al desafío de mantenernos a la vanguardia en el cambiante panorama empresarial, así como de cultivar un ambiente donde el talento prospere de manera natural. Como CEO, asumo no solo un papel ejecutivo, sino también de guía y mentoría, reconociendo que parte esencial de nuestra labor directiva es contribuir al desarrollo de las personas que componen nuestros equipos.
En este viaje, nos enorgullece afirmar que somos un ejemplo de éxito, gestionando una organización que supera los 11.000 empleados solo en España, y que además tenemos presencia en numerosos países de todo el mundo, donde nos encontramos con culturas diversas y equipos heterogéneos. La gestión del talento en este entorno global no es tarea sencilla, pero es crucial para nuestro progreso continuo.
En MAPFRE, hemos entendido que la transformación es clave y transversal en todos nuestros procesos y departamentos, por eso la hemos integrado en los distintos programas de carrera profesional que ofrece la compañía. Acompañamos estos esfuerzos con programas específicos diseñados para promover un liderazgo actualizado, digitalizado, versátil y flexible. Entendemos que, en un mundo en constante transformación, nuestra capacidad para adaptarnos radica en el apoyo a nuestros equipos.
En el centro de nuestra estrategia, como comentaba anteriormente, se encuentra la convicción de que la gestión del talento es una tarea directiva. En ese sentido, todos los ejecutivos de MAPFRE comprendemos que contribuir al desarrollo de las personas que forman parte de nuestros equipos es una tarea esencial, que no corresponde solo a RRHH.
En el complejo entorno actual, enfrentamos retos significativos no solo en términos de negocio sino también en la gestión del talento. Estudios recientes, como el elaborado por Randstad en colaboración con la CEOE (tendencias RRHH 2023), señalan la creciente escasez de talento, especialmente perfiles cualificados, el aumento de la rotación y la necesidad imperante de fidelizar al talento. En estos momentos excepcionalmente complejos, debemos impulsar cambios organizativos que se alineen con las demandas actuales de flexibilidad, eficiencia y productividad, sin perder de vista la innovación tecnológica.
Nuestro reto para el año 2024 y más allá es encontrar y fidelizar el talento adecuado y desarrollarlo con criterios de meritocracia. Esto implica continuar mejorando el clima laboral, ofrecer una remuneración competitiva, facilitar la flexibilidad en las condiciones de trabajo y en los criterios de selección, y consolidar nuestra posición como empleador atractivo. En particular, los perfiles estratégicos, como los tecnológicos, están en el centro de nuestra atención, y la retención de estos profesionales representa un reto considerable. Aunque nuestro índice de rotación en este sector está por debajo de la media, reconocemos la importancia de consolidar un proyecto atractivo a largo plazo.
En MAPFRE hemos estado a la vanguardia de la demanda creciente de perfiles relacionados con el mundo digital. La analítica de datos, la ciberseguridad y otros puestos emergentes son esenciales en nuestra estrategia de gestión del talento. Sin embargo, enfrentamos una cierta escasez de estos perfiles, lo que contribuye a una «burbuja» en su entorno. Estamos seguros de que, con la colaboración estrecha entre universidades, escuelas de negocios y programas colaborativos universidad- empresa, cada vez será más fácil contar con estos perfiles.
Nuestra apuesta por la gestión del talento se refleja también en la interlocución adecuada entre el entorno académico y la empresa. Estamos redefiniendo constantemente nuestro Plan Universidades, fortaleciendo la relación entre el mundo académico y el empresarial. En este proceso, reconocemos la importancia de abordar, de manera cada vez más personalizada, variables como la flexibilidad laboral, la movilidad, los beneficios sociales, el autoaprendizaje, el reconocimiento y las políticas retributivas.
La gestión del talento, desde mi perspectiva, es una compleja sinfonía que combina diversidad, conocimiento ad hoc, autoconocimiento, habilidades, confianza, autonomía, implicación, compromiso y motivación. Todos estos elementos no solo contribuyen al crecimiento personal y profesional del equipo, sino que también dan forma al camino del éxito de la empresa.
Por otro lado, en una compañía como la nuestra, encontrar un equilibrio entre la gestión del talento joven, con sus necesidades y visiones únicas, y el talento sénior, con su valiosa experiencia y distintas necesidades vitales, es un reto constante. En MAPFRE, trabajamos de manera continua para integrar a todas las generaciones en nuestros equipos. Nuestros programas buscan no solo que convivan, sino que colaboren, enriqueciéndose mutuamente para el beneficio de la empresa en su conjunto.
En conclusión, la gestión del talento en MAPFRE es un viaje continuo, donde la adaptabilidad, la innovación y el compromiso son los elementos clave. En un mundo empresarial en constante evolución, reconocemos que la gestión del talento no es solo una cuestión de habilidades técnicas, sino también de un liderazgo diferente y de entender las necesidades únicas de cada miembro de nuestro equipo. Es la combinación de diversidad, flexibilidad y un compromiso inquebrantable con el desarrollo personal y profesional lo que nos impulsa hacia adelante. En MAPFRE, continuamos siendo arquitectos de nuestro propio éxito, guiando a nuestro talento hacia un futuro lleno de logros compartidos.
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