Ya con la vista puesta en 2014, los inversores se estrujan el seso para ajustar sus carteras de cara al fin de año. Y ahora más que nunca, desde JP Morgan recuerdan que "la clave del éxito en la inversión no consiste en observar el futuro con algún tipo de visión mística, sino en ver el presente con claridad". En su última publicación trimestral, los expertos analizan el contexto global actual destacando las oportunidades y los riesgos para los inversores a largo plazo.
Para comenzar, desde la firma destacan que "bajo la superficie de la tranquilidad subyace un gran nerviosismo entre los inversores, debido en parte al mayor experimento monetario que los bancos centrales de los mercados desarrollados han llevado a cabo en la historia moderna".
De cara a los inversores, JP Morgan recuerda que la debilidad del crecimiento económico esperado para EE UU a largo plazo debería respaldar unos tipos de interés superiores a los actuales, aunque inferiores a los de las últimas décadas. "Si la Reserva Federal estadounidense (Fed) tiene que ajustar la política monetaria antes de lo esperado, podría provocar unas perspectivas a medio plazo de volatilidad para los mercados financieros", recuerdan.
Zona euro
Respecto a la zona euro, los expertos recuerdan que la región debe combinar una política monetaria laxa para respaldar las economías más débiles con herramientas macroprudenciales para evitar el sobrecalentamiento de Alemania. "La amplia liquidez y el mayor crecimiento global deberían respaldar la renta variable europea, pero el mercado ya no resulta barato". En este escenario, aseguran que "los inversores tendrán que ver un vuelco en los beneficios empresariales para que los precios suban". Y la macroeconómica tendrá que acompañar en este proceso.
"Aunque las rentabilidades de los bonos registran ya mínimos históricos en muchos lugares de la zona euro, los mercados de deuda centrales europeos deberían seguir contando con el respaldo de la promesa de una política monetaria laxa en Europa", explican. Los expertos aseguran que aunque es probable que lo que suceda en EE UU provoque algo de volatilidad en los mercados, "los mercados de deuda centrales europeos están relativamente bien protegidos de las consecuencias del endurecimiento de la política estadounidense". Para ellos, los bonos soberanos periféricos son más vulnerables en este contexto, especialmente en aquellos países con unos datos de crecimiento e inflación decepcionantes.
Aunque los responsables políticos de los mercados emergentes han convencido a los inversores de que pueden gestionar la normalización de las políticas de la Fed, una acción más dura por parte de la Fed podría afectar a los mercados emergentes de renta variable y deuda, especialmente en países con tipos de cambio variables, comparado con los países con un tipo de cambio vinculado al dólar o las divisas principales de los mercados desarrollados.
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