Nisman, el ‘muerto 86’

Para intentar comprender mejor qué ha pasado en Argentina debemos remontarnos a 1992. Ese año se produjo un atentado terrorista a la Embajada de Israel en Argentina que causó 29 muertos y 242 heridos. Aunque se realizaron varias investigaciones bajo la hipótesis de que el principal sospechoso era el grupo libanés Hezbolá, nunca se llegaron a esclarecer los hechos.

Poco después, en 1994, un atentado con coche bomba en la sede de la Asociación Mutual Israelita-Argentina (AMIA) mató a 85 personas y dejó heridas a otras 300. Las pautas en la investigación se repetían: las irregularidades estuvieron a la orden del día bajo la idea de que la mano del Servicio Secreto de Inteligencia argentino estaba detrás.

Tras diez años en los que el Estado argentino no había buscado la verdad, Alberto Nisman se queda a cargo de la investigación en 2004 e inicia un nuevo proceso. Tras su investigación, el fiscal antiterrorista acusa a Irán de estar detrás del atentado pero la investigación no va más allá bajo al sospecha de que Irán había llegado a un acuerdo secreto con Argentina para eludir su responsabilidad a cambio de unas condiciones comerciales más ventajosas.

2015, el punto de inflexión

Tras continuar con la investigación, Nisman acusó a la presidente del país, Cristina Fernández de Kirchner de encubrir, presuntamente el atentado. En su acusación, el fiscal también incluyó al ministro de Exteriores, Héctor Timerman, por conspirar para que la investigación criminal no prosperara. El lunes 19 de enero tenía que comparecer ante la Comisión de Legislación Penal en la Cámara de Diputados. Apareció muerto el domingo 18.

Mientras los datos sobre su muerte se empezaban a conocer con cuentagotas, la versión del Gobierno apuntaba a que que no habían intervenido terceras personas por lo que, se trataría de un suicidio. En cambio, el informe del forense apuntaba a que en la mano derecha del fiscal, con la que habría disparado, no se han encontrado restos de pólvora.

Al día siguiente, a través de un mensaje en su cuenta de Facebook, Kirchner se desdecía y volvía a apuntar al asesinato como hipótesis más probable. Pero mientras el Gobierno cambiaba de versión, las dudas (y la indignación) de los argentinos incrementaban.

Los capítulos se siguen sumando. El último indica que Nisman pensaba pedir el arresto de la presidenta, según publicaba el diario Clarín. Lo cierto es que mientras se investiga su muerte, la popularidad de la presidenta se ha visto dañada por este suceso que agrava su ya maltrecha imagen tras la gestión con los fondos buitres.

Independientemente de dónde llegue la investigación, los ciudadanos que creen que la muerte de Nisman está relacionada con el caso AMIA al que ya denominan "el muerto 86".

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