En 2023 se generaron 61,3 millones de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, una cantidad con la que se podrían construir cerca de 4.000 Torres Eiffel, según datos aportados por la ONU. En este escenario, algunas empresas como ANOVO ofrecen soluciones innovadoras para crear un mercado más sostenible. En su caso, centran sus esfuerzos en maximizar la vida útil de los productos electrónicos o sus componentes y minimizar los residuos.
Llegó a ANOVO en el año 2001 y, tras pasar por diferentes cargos dentro de la compañía, en 2012 fue nombrado CEO, cargo que sustenta desde entonces. ¿Podría hacer un repaso de su trayectoria y la de la compañía?
Con más de 20 años de experiencia en España, en ANOVO hemos sido pioneros en la promoción y adopción de prácticas de economía circular en el sector de la tecnología. Nuestra principal misión es ofrecer soluciones innovadoras que maximicen la vida útil de los dispositivos y sus componentes, minimicen los residuos generados, y optimicen la eficiencia y trazabilidad de los procesos de sus clientes.
A lo largo de este tiempo hemos ido evolucionando y adaptándonos a las demandas de mercado de cada momento, incorporando cada vez más actividades dentro de los procesos de circularidad. Ofrecemos a nuestros clientes servicios personalizados orientados a alargar el ciclo de vida de los dispositivos tecnológicos, aportando valor en cada una de las nueve fases del proceso de circularidad: rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, revalorizar, remanufacturar, reconvertir y reciclar. Por ello, las principales empresas del mercado en diferentes sectores, desde operadores, fabricantes, retailers, ecommerces, organismos oficiales o grandes compañías tecnológicas e industriales, confían en ANOVO como partner para su compromiso con la economía circular, construyendo relaciones que superan los 14 años de media.
Efectivamente, yo llevo en la compañía desde 2001, cuando entré como técnico mientras terminaba mis estudios en la universidad. Al principio fui testigo de un cambio importante en el ámbito empresarial de las telecomunicaciones pasando de ser una empresa de fabricación a ser una de servicios. En todo este transcurso ha habido años muy duros para la compañía y de mucho sacrificio y trabajo personal para mí; pero fundamentalmente ampliando mi formación con varios másteres, rodeándome de muy buenos colaboradores y equipo, encontrando oportunidades y enfrentándome a ellas he ayudado mucho a ANOVO a diversificarse y crecer en ventas, resultados y contribución a la sociedad. Es por ello que hoy en día somos un equipo de 1.200 personas trabajando para alargar la vida útil de más de cinco millones de dispositivos al año que suman un total acumulado de más de 50 millones de dispositivos gestionados.
¿Cuál es el grado de desarrollo que ocupa España en el mercado de los dispositivos reacondicionados en relación con el resto de países de nuestro entorno?
En la era digital en que vivimos, los dispositivos electrónicos son una parte esencial de nuestras vidas. Su consumo, de hecho, conlleva afrontar unos altísimos niveles de producción para responder a la siempre creciente demanda.
Estos niveles de consumo ocasionan consecuencias negativas para el medioambiente. Por un lado, a nivel de producción y fabricación y, por otro, a nivel de residuos. Sólo en 2022 se generaron alrededor de 60 millones de toneladas de residuos electrónicos, conocidos como e-waste, de los cuales únicamente el 20% se recicló de manera adecuada. Esta cifra es realmente alarmante, pero lo peor es que, si no se toman las medidas adecuadas, irá a más, pudiendo alcanzarse los 75 millones de toneladas de residuos en 2030.
Si bien estas cifras son preocupantes, durante la última década hemos sido testigos de un notable avance en la conciencia global sobre la importancia de la economía circular, pasando de ser una idea periférica a ocupar una parte fundamental de la agenda empresarial y política en todo el mundo.
Europa está empujando mucho con regulaciones y políticas a favor de alargar la vida útil de los dispositivos y España, en concreto, está emergiendo como un jugador relevante a nivel europeo. El tejido empresarial liderado por ANOVO y otras muchas empresas con las que intentamos colaborar respaldan esta tendencia. La presencia en medios para aumentar la conciencia de reutilización y la flexibilidad y adaptabilidad que le ofrecemos a nuestros clientes para llevar a cabo estas políticas ayudan a que hayamos sido más rápidos y más eficaces como país a la hora de desarrollar procesos de economía circular en la tecnología. Aun así, todavía nos queda mucho por fomentar y llevar a cabo con incentivos gubernamentales que promueven la reutilización de dispositivos electrónicos y la economía circular en general.
Según el ‘Estudio sobre Economía Circular 2023’, elaborado por ANOVO, los españoles utilizan de media entre cinco y seis dispositivos al día, y el 56% renueva su dispositivo móvil cada 18 meses de media. Se trata de unas cifras que generan un gran impacto ambiental al generarse 2.000 toneladas de residuos al año y desecharse alrededor de 20 millones de dispositivos al año. ¿Cómo proponen cambiar esta tendencia?
La clave está en la concienciación sobre la economía circular y en el papel que juegan en el mercado compañías como la nuestra. Y es que, aunque todavía nos quede un gran camino por recorrer, el futuro es alentador.
Según la encuesta realizada por ANOVO en 2023, el 76% de los encuestados aseguraba ser consciente del impacto que generan estos residuos en el medioambiente. Además, el 74% de los encuestados afirmó conocer el concepto de economía circular, que fomenta la reutilización, el reciclaje y la regeneración de los recursos, de forma que se reduce la cantidad de residuos enviados a los puntos limpios, fórmula preferida por el 48% de los encuestados a la hora de deshacerse de sus dispositivos electrónicos. Así que tenemos que seguir esforzándonos por concienciar a la sociedad de la importancia de alargar la vida útil de los dispositivos y de cómo desecharlos de forma adecuada cuando esta no se pueda ampliar más.
¿Qué papel juega en este contexto el fenómeno de la obsolescencia percibida?
La obsolescencia percibida tiene que ver con considerar que, por la llegada de modelos nuevos, los dispositivos que poseemos han quedado anticuados cuando no es así. Debido a este fenómeno, los consumidores renuevan sus equipos cada 18 meses de media, sin que estos hayan dejado de funcionar e, incluso, estando todavía en periodo de garantía. Es decir, es nuestro deseo por poseer lo último y no la realidad lo que hace que percibamos que los dispositivos han llegado al fin de su vida útil.
La respuesta está, una vez más, en la economía circular. En lugar de seguir el modelo lineal de “usar y desechar”, la economía circular fomenta la reutilización, el reciclaje y la regeneración de los recursos. Esto reduce la cantidad de residuos enviados a los vertederos y disminuye la necesidad de extracción de materiales naturales, conservando valiosos recursos como minerales, metales y agua. De esta manera se reduce el impacto negativo en los ecosistemas, fomentando la biodiversidad.
A través de la economía circular también se fomenta el uso de energías renovables y la implementación de prácticas de eficiencia energética. Estas medidas reducen la huella de carbono y el impacto ambiental asociado con la producción y el consumo de energía. Además, la generación de energía a partir de residuos orgánicos y la valorización energética de materiales pueden ayudar a generar energía limpia y renovable.
De las nueve fases que componen el proceso de circularidad (reducir, reutilizar, reparar, renovar, rediseñar, reconvertir, revalorizar, remanufacturar y reciclar), ¿en cuáles sigue estando atrasada España?
A nivel consumo, sólo el 20% de los residuos electrónicos se recicla de forma adecuada en nuestro país, lo que nos coloca a la cola de Europa, donde la media de tratamiento de residuos ronda el 35%. Dicho esto, España sigue estando atrasada en la recogida selectiva de residuos, según los informes sobre economía circular de nuestro país. A pesar de los avances en la transición hacia la circularidad, se destaca que este aspecto específico aún presenta cierto retraso en comparación con otros países europeos.
¿Qué soluciones innovadoras propone ANOVO para maximizar la vida útil de los productos electrónicos?
ANOVO tiene la economía circular en su ADN, diseñando e integrando buenas prácticas en sus operaciones, convirtiéndose en agente de economía circular y ofreciendo una cartera de servicios que maximizan el ciclo de vida de prácticamente todos los productos electrónicos del mercado. De este modo, reduce los residuos generados, promoviendo el consumo responsable de dispositivos y, a largo plazo, reduciendo el impacto medioambiental. ANOVO tiene un claro impacto positivo en el planeta y la sociedad en general y contribuye directamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible en tres líneas:
- Producción y consumo responsable: ANOVO, cuyo core está directamente ligado a este objetivo, integra criterios de economía circular a través de políticas de prevención, reducción, reutilización, reciclaje y valoración de residuos, especialmente tecnológicos.
- Acción por el clima: estamos comprometidos con la eliminación de las emisiones de carbono de las operaciones y cadenas de suministro. Para ello, trabajamos en la mejora de nuestra eficiencia energética, reduciendo la huella de carbono de servicios y procesos y aumentando la inversión en el desarrollo de servicios innovadores e inclusivos.
- Industria, innovación e infraestructura: para ANOVO, la innovación es parte de la cultura empresarial. Trabajamos activamente para apoyar el desarrollo de tecnologías, la investigación y la innovación, transformando los productos, las instalaciones, los servicios, los procesos productivos y la gestión interna con criterios de sostenibilidad, utilizando tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial.
¿Qué impacto económico tienen este tipo de iniciativas para los consumidores? ¿Y para las empresas?
Los beneficios de la economía circular se reflejan sobre todo a nivel social, implicando directamente a los ciudadanos. Por ejemplo, una mayor eficiencia del sistema, un menor consumo de recursos naturales o una menor generación de residuos impactan directamente sobre una reducción de los costes económicos asociados tanto para productores como para consumidores. 9 de cada 10 dispositivos que se estropean se pueden reparar, lo que nos llevaría a ahorrar 261 millones de toneladas de emisiones de carbono al año y una media de 12.000 millones de euros para los consumidores.
Muchas empresas ya se están moviendo hacia la economía circular, buscando aumentar su crecimiento económico, reducir costes, innovar sobre nuevas líneas de negocio y fuentes de ingreso. Aunque todos los sectores pueden encontrar interesantes oportunidades en la transición a modelos más circulares, hay algunos sectores, como el de las TI o electrónica, que parecen más propicios para completar con éxito esta transformación. Desde ANOVO hemos sabido verlo y por eso es nuestro core business desde el primer día, promoviendo factores como la innovación, la regulación y las preferencias cambiantes de los clientes.
¿Qué retos se han marcado desde ANOVO para este 2024?
En ANOVO trabajamos en dos ámbitos. Uno es la eficacia de los procesos, para centrarnos en lo que aporta valor, optimizar nuestros costes y combatir la inflación y subida de costes generalizada de los últimos años. En este asunto estamos invirtiendo en innovación, instalaciones, automatismos, robótica e inteligencia artificial. El segundo eje de trabajo es el desarrollo de negocio orgánico e inorgánico diversificando aún más en nuestra plataforma de canales, fabricantes, productos y servicios de circularidad. Como siempre lo hemos hecho y con las habilidades que nos caracterizan, nos adaptaremos muy bien a las nuevas regulaciones y entornos del mercado.
Nuestro objetivo es posicionarnos como líderes europeos en circularidad de productos electrónicos, así pues, en un medio plazo 2025-2026, nos extenderemos a otros países y estaremos activos en operaciones de M&A.
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