Pagar una casa en bitcóin ya es posible en España

Si tuviera que definirse el 2017 en una sola palabra, desde el punto de vista económico, probablemente sería bitcóin. Esta criptodivisa creada en 2009 se ha convertido sin duda en el fenómeno financiero del año. El algoritmo matemático que salió al mercado hace casi una década vive un momento de gran esplendor ante el hecho de que podría convertirse en el ‘oro negro’ del siglo XXI. No solo por el dinero que mueve a nivel global, estimado en 33.000 millones de euros, sino porque su valor se ha disparado un 1.400% en los últimos doce meses. Aunque no se sabe con certeza si esta revalorización ha impulsado a codiciar esta moneda más que cualquier otro instrumento de inversión, lo cierto es que en España esta tendencia se ha trasladado al mercado inmobiliario. Con la adquisición de la primera vivienda que se pagaba en bitcóin en el país el pasado miércoles, se producía un hecho histórico en este sector. La transacción que, ha sido gestionada por la inmobiliaria Mister Piso, ha tenido lugar en Tarragona. El nuevo dueño ha desembolsado 40 bitcóin por un ático valorado en 550.000 euros. Aunque se trata de la primera operación de estas características, no es el único inmueble que acepta como medio de pago esta criptodivisa. La plataforma web Idealista registran al menos quince viviendas que la aceptan como intercambio. Se trata de edificaciones distribuidas por todo el territorio español y muy variadas en cuanto a sus características. Desde chalets en Asturias o zonas de playa como Marbella, hasta áticos en Burgos. La compra a través de este tipo de instrumentos es legal,  pero este procedimiento debe pasar varios trámites antes de su ejecución. En primer lugar y dados los vaivenes a los que se encuentra sujeto el valor del bitcóin, ambas partes deben acordar una fecha concreta para fijar el tipo de cambio entre ésta y la divisa comunitaria. La única excepción es que el comprador que entrega la moneda virtual tendrá que pagar por la ganancia patrimonial que le ha reportado esta desinversión y demostrar el origen legítimo del dinero, una medida enfocada a evitar el blanqueo de capitales. Una vez realizado este paso, la dinámica es sencilla. El comprador tiene que transferir la cantidad acordada al antiguo propietario a través de su teléfono móvil o con el simple escaneo de un código QR y éste certifica ante la presencia de un notario que el traspaso se ha ejecutado de manera efectiva.  Acto seguido se cierra la escritura donde se refleja la cuantía en euros. Esto es así porque al no contar con el respaldo de ningún banco central, las gestiones notariales solo pueden realizarse con la divisa europea. Si bien los expertos indican que todavía hay cuestiones sin determinar en esta materia, inciden en que la única diferencia que existe en este tipo de acuerdo con respecto a una convencional es que el receptor tendrá que declarar y pagar impuestos por aquellas ganancias derivadas de la apreciación de los bitcoines cuando decida deshacerse de ellos. Lo que significa que, con este acuerdo, los únicos que podrían perder serían aquellos que la adquieren, dado que la volatilidad a la que se encuentra sujeta podría depreciarse. Sin embargo, en caso de que ocurra exactamente lo contrario, -que el usuario obtenga beneficios-, tendrá que pagar impuestos por la ganancia patrimonial que le ha reportado la enajenación del activo, así como incluirla en el IRPF. La ley recoge que una casa está gravada con el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y jurídicos documentados para los de segunda mano y con el IVA si es una vivienda nueva. Pese a ello, la base imponible de estas tasas es, en el primer caso, el valor real del inmueble, y en el segundo, el importe total de la contraprestación. Aunque la transacción se pague con euros o con bictoins no afecta a la tributación de la compraventa en estos dos impuestos. Mientras la Fundéu ha castellanizado recientemente esta palabra incorporándole la tilde, en EE UU ya hay plataformas como Redfin que solo venden inmuebles valorados en bitcóin. Las viviendas que hoy están valoradas en 350.000 euros el próximo mes pueden costar 500.000 euros. Por el momento se sabe que salieron a la venta por 0,07 dólares (uno 0,57 euros) y que, en el momento actual cotizan por encima de los 11.000 euros. Quedará por ver si a su precio, no le ocurre lo mismo que a la adaptación: que se convierte en aguda por acabar en ene.  

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