Tanto Pedro Luis Uriarte como Juan José López- Ibor se definen a sí mismos como «tipos raros», siempre muy ocupados pero, a la vez, siempre dispuestos a buscar un rato en sus apretadas agendas cuando una idea les consigue entusiasmar. Y ese ha sido el caso de esta «Charla entre amigos», una nueva sección de la revista Dirigentes cuyo objetivo es acercar a los lectores las historias, opiniones, sabidurías de personas interesantes a través de una conversación relajada, de tú a tú, donde no hay entrevistado ni entrevistador, sino dos personas con mucho que aportar. Juan José López-Ibor: Tengo que decirte que he estado leyendo sobre tu historia y me ha llamado mucho la atención la cantidad de cosas diferentes que has hecho, y en frentes dispares: la empresa, la política, la banca, ahora otra vez la empresa y la política, retomando una labor que empezaste hace años con el Concierto Económico Vasco. Pedro Luis Uriarte: ¡Es que lo negocié yo! En 1980, yo tenía lo que mi madre consideraba un puestazo en Banco de Bilbao. Imagínate, con 37 años me nombraron director del área de negocio más importante entonces, el País Vasco, y los otros directores regionales tenían más de cincuenta años. Un día me llama el presidente del banco, José Ángel Sánchez Asiaín, me dice que ha hablado con Carlos Garaicoechea porque está buscando una persona para formar parte del gobierno vasco como consejero de Economía y Hacienda y que sus requisitos son que sea trabajadora, honrada y que además pueda negociar el concierto económico. ¿Tenías claro de qué te estaba hablando? Hay que tener en cuenta el momento político del que hablas, los inicios de la democracia, se estaba reinventado el Estado español… Claro, claro. Yo le pregunté ¿y eso qué es? Me lo explicó llanamente. Había que recuperar una relación económica histórica que tenían las provincias vascas para gestionar la recaudación de los impuestos. Yo creí que me pedía que le diera algún nombre. Me avisó de que era algo muy confidencial. Cuando estaba saliendo por la puerta del despacho, me dice: «háblalo con tu mujer». Me quedé perplejo, porque me acababa de subrayar la confidencialidad de la petición y fue cuando me aclaró que no me pedía consejo, ¡que iba a ser yo! No me dio opción a negarme. Fue una imposición en toda regla Así es, pero estábamos en una situación crítica y había que dar un paso al frente. Empezó mi carrera política. Negocié, entre otros, con dos grandes políticos, Jaime García Añoveros, entonces ministro de Hacienda, y Rodolfo Martín Villa. La negociación duró meses y meses… era un tema muy complejo que te obligaba a exprimirte las neuronas constantemente. La etapa política fue durísima pero me vino muy bien. Aprendí a negociar y a distinguir que existía una enorme gama de grises. Todo eso ocurrió hace mucho ¿Por qué has vuelto 37 años después? ¿Por qué ahora? Por responsabilidad. Para que la sociedad despierte. Porque la sociedad vasca, y la sociedad española, están dormidas y hay que dar sacudidas de vez en cuando. Poner objetivos que rompan los techos mentales que tenemos. Puede leer la entrevista completa en la revista DIRIGENTES del mes de marzo
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