Desde que Donald Trump fuera investido presidente el pasado 20 de enero, el Dow Jones se ha disparado un 3,6%. ¿Es casualidad o una consecuencia propia del llamado ‘Efecto Trump’? La Universidad de Bonn (Alemania) ha demostrado que se trata de una tendencia histórica, con un análisis de 27 casos similares en los que la victoria de un partido populista ha apreciado tanto las acciones como los bonos en la economía. En concreto, el informe hace hincapié en la elección de Juan Perón en Argentina durante la década de los 40, las tres victorias de Silvio Berlusconi en Italia y el reciente triunfo de Donald Trump en Estados Unidos. El estudio ha sido desarrollado por el profesor Moritz Schularick, de la propia universidad, que ha hallado indicadores de que «existen pocas evidencias de que los populismos sean malos para los mercados». En concreto, el experto demuestra que la rentabilidad de los bonos cayó en media un 12,7% durante los dos años previos a dichas elecciones. Cinco años después, las acciones habían ganado en media un 45% de valor, los ratings de deuda soberana habían mejorado y las divisas se habían fortalecido. El análisis también refleja que no es relevante el color político del partido. «Los mercados parecen preferir a los populismos de derechas, pero no se ha demostrado que la reacción ante los de izquierdas sea peor», señala Schularick. Otro mito sobre los partidos electoralistas es que sus políticas son necesariamente negativas para el conjunto de los ciudadanos. Sin embargo, el estudio muestra que, tras media década de un gobierno populista, el PIB tiende a crecer en media un 1,8%, arrastrando consigo a la inversión y al consumo. Las razones que explican este fenómeno son que estas corrientes alcanzan en poder tras periodos de crisis, por lo que es más fácil recoger los frutos del sacrificio previo, que las políticas proteccionistas y las devaluaciones competitivas impulsan la actividad empresarial, y que el incremento de la inversión y el gasto público funciona como medida expansiva.
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