Se terminó las giras y el postureo, Grecia presenta sus planes a sus socios del euro. En los últimos días la retórica ha rebajado su agresividad y se han acercado posturas. El plan que presentará hoy miércoles Grecia acepta algunas de las exigencias actuales a cambio de ganar margen en la política fiscal para aplicar sus medidas anti austeridad.
Si el pulso de Varoufakis comenzó con un rechazo total a la troika y al último tramo del rescate, la propuesta de Grecia no enmienda a la totalidad. Pide un período de transición con un préstamo puente para poder seguir negociando la refinanciación de la deuda. En la práctica supone desbloquear los 7.200 millones de la troika.
Grecia exige un cambio en las formas y que se adapten a sus necesidades. Varoufakis propondrá un nuevo plan de reformas consensuadas con la OCDE sustituya parte de las condiciones vinculadas al rescate.
Otra de las claves es que Bruselas ceda para que el Gobierno de Tsipras pueda aplicar medidas como electricidad gratis para rentas que se encuentren por debajo del umbral de pobreza, subida del salario mínimo y la incorporación de funcionarios. Para ello, el ministro finanzas tendrá que convencer al Eurogrupo para rebaje el objetivo de déficit primario al 1,5% frente al 3%. Le avala que durante el último año el país ha logrado superávit.
Prueba que el Gobierno griego ha rebajado el listón es que está valorando continuar con las privatizaciones de empresas públicas y una carta con la juega es anunciar antes sus socios que se venderá el puerto de Pireo, una de las joyas industriales del país.
Nadie espera que en la reunión de hoy se llegue a un acuerdo pero sí avances significativos. Se apurarán los plazos para limar detalles hasta la reunión del 16 de febrero, con una cumbre de jefes de Estado entre medias que ofrecerá la posibilidad de que Merkel y Tsipras se estrechen las manos. El límite está el 28 de febrero cuando Grecia necesite ayuda exterior para pagar deuda y nóminas de funcionarios.
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