La primera ministra británica, Theresa May, está dispuesta a que los europeos residentes en su país mantengan la gran mayoría de sus derechos como ciudadanos a pesar del ‘Brexit’. El anuncio fue hecho el pasado jueves 23 de junio, en un cena junto a otros representantes europeos en Bruselas. El plan completo será presentado el próximo lunes 26 por el Gobierno conservador en el Parlamento. Ambas estrategias serán puestas en común en la próxima ronda de negociaciones, la primera tuvo lugar el lunes pasado con el encuentro entre David Davis, representante británico, y Michel Barnier, representante comunitario. Este bloque abarcará, según los deseos de Bruselas, los asuntos más polémicos; como la situación de los europeos en Reino Unido y de los británicos en la UE, la factura presupuestaria y la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. El objetivo de May es ofrecer «la máxima seguridad posible» para el futuro de los ciudadanos europeos tras la desconexión oficial, prevista para marzo de 2019. Sin embargo, no han trascendidos las fechas en las que se prevé que los derechos dejen dejen de ser aplicables, momento que tendrá luhar entre el 29 de marzo de este año y el día oficial de la salida. Aunque no se conocen todavía los detalles de la propuesta, en principio el Ejecutivo británico divide a los ciudadanos en tres grupos: los que llevan más de cinco años residiendo en Reino Unido antes de la suspensión de los derechos, los que llevan menos de cinco años y los que han llegado entre esa fecha de suspensión y el día de la ruptura. Los primeros mantendrán los mismos derechos que los ciudadanos británicos, teniendo acceso a sanidad, educación y pensiones. A los segundos se le otorgará un periodo de transición hasta que completen los cinco años y se les pueda aplicar el mismo status. Los terceros tendrán un periodo de dos años para hacer una solicitud legal que les permita quedarse residiendo allí. Aunque la propuesta de los conservadores es bastante amplia, las autoridades europeas la han recibido con pruedencia y prefieren esperar al desarrollo del plan el próximo lunes en el Congreso britanico. Hay una cuestión clave que podría complicar las negociaciones; la demanda de la UE de que sus ciudadanos, a pesar de gozar de los derechos británicos, sigan sometidos a la jurisdicción de la Corte Europea de Justicia. Además, Bruselas quiere que el día de suspensión oficial de los derechos coincida con la fecha de partida definitiva. «Este es un buen comienzo, pero quedan todavía muchas otras cuestiones», señaló la canciller alemana Angela Merkel. Por su parte, el canciller austriaco, Christian Kern, destacó que desde la UE «se aprecia» la iniciativa, pero también apuntó que «muchos ciudadanos europeos no están cubiertos en la propuesta de May», por lo que queda mucho que negociar.
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