La inflación ha sido la principal preocupación de los inversores y de los banqueros centrales en los últimos meses. Tras tocar máximos nunca vistos desde la década de los 80, tanto el BCE como la Reserva Federal aumentaron los tipos de interés hasta el 4,5% y el 5,5% respectivamente. Unas subidas para mitigar el aumento de los precios, que han surtido cierto efecto. Actualmente, la inflación en la Eurozona está en el nivel del 2,4%, mientras que en Estados Unidos se quedó en el 3,1%. Sin embargo, la preocupación recae más en la subyacente, que se encuentra en el 4% para el país americano y en el 4,3% en el Viejo Continente.
¿Qué se prevé en 2024?
En primer lugar, es necesario revisar las previsiones que los bancos centrales han publicado con respecto a la inflación para el próximo curso. En el caso del BCE, creen que la inflación media del próximo año será del 2,7%, siete décimas por encima del objetivo. Mientras que, para la subyacente, esperan una corrección hasta el 3%. Por el momento, no esperan que regrese a niveles por debajo del 2% ni si quiera en 2025. Así, el BCE prevé que en 2026 la subyacente y la general consigan descender y moderarse por debajo de ese nivel objetivo.
En el caso de la Fed, el escenario es muy similar. El organismo presidido por Jerome Powell cree que la inflación general se quedará en el 2,4% el próximo año y en el 2,1% en 2025. Es decir, que hasta 2026 no regresaría a niveles por debajo del objetivo. Por su parte, para la subyacente esperan un 2,4% en 2024 y un 2,2% en 2025. De nuevo, no sería hasta 2026 cuando regresaría a los niveles objetivos.
Dicho esto, y en base a las previsiones de ambos bancos centrales, en 2024 se puede esperar una tasa de inflación general del 2,7% en Europa y del 2,4% en Estados Unidos. Mientras que la subyacente se quedaría en el 3% y en el 2,4% respectivamente.
¿Qué piensan los expertos?
Lo cierto es que estas previsiones oficiales son indicadores falibles y criticados por los expertos, que en muchas ocasiones no comparten la misma visión que los banqueros centrales.
“El mercado está cada vez más convencido de que el riesgo de inflación forma parte del pasado y que, en un plazo de 3 a 6 meses, las cosas deberían volver a la normalidad. Cuesta rebatirlo cuando se leen las últimas cifras de inflación de la eurozona: la inflación subyacente se ha acercado mucho al objetivo del BCE en los últimos 6 meses”, comenta François Rimeu, estratega senior en La Française AM. Para Estados Unidos, Rimeu considera que las expectativas de inflación de Michigan llevan dos meses subiendo y los indicadores del NFIB y el JOLTS muestran una gran resistencia del mercado laboral. “Esto no sugiere que se vuelva rápidamente al objetivo de inflación del 2%, sino más bien que la inflación se situará entre el 2,5% y el 3%”, asegura.
Por su parte, los expertos de Accuracy aprecian una desaceleración en las tendencias de la inflación general y subyacente de los precios al consumo en EE.UU. y la zona del euro. Mientras que el coste laboral unitario en Estados Unidos se está ralentizando considerablemente, consecuencia del aumento de la productividad en el país, en la eurozona el coste laboral unitario sigue aumentando. Por tanto, según el informe, la tendencia desinflacionista en Estados Unidos podría ser una apuesta más segura que en Europa.
En resumen, en 2024, se prevé que la inflación en Europa alcance el 2,7% y en Estados Unidos el 2,4%. Las proyecciones difieren entre bancos centrales y expertos, pero se anticipa una ligera moderación. Mientras algunos creen en una vuelta a la normalidad, otros ven señales mixtas que podrían mantener cierta presión inflacionaria.
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