Realidad extendida, realidad virtual, aumentada…cada vez oímos hablar más de estas tecnologías que relacionamos con imágenes 3D y que se han disparado con motivo de la llegada del metaverso. Pero no son lo mismo. En 1994 Paul Milgram y Fumio Kishino, acuñaron el término Continuo de la virtualidad (traducido del inglés Virtuality Continuum) para explicar la interacción entre un mundo real y un mundo virtual.
El concepto de realidad extendida, XR por sus siglas en inglés, engloba otras tecnologías como con la realidad virtual, la realidad aumentada y la realidad mixta. La realidad virtual es aquella que nos permite, a través de unas gafas, estar e interactuar en un escenario creado de forma artificial en el que las escenas o los objetos simulan la vida real.
La realidad aumentada permite ver capas virtuales superpuestas al mundo real a través de un dispositivo como un teléfono móvil, una tablet o unas gafas. En la realidad aumentada se generan capas formadas por objetos digitales que se superponen a una imagen real. Por ejemplo, los filtros de Instagram que añaden nuevos elementos a las imágenes como pueden ser accesorios, cambio de color del pelo, etc.
La realidad mixta es una combinación de las dos anteriores porque también intercala el mundo real con el virtual, pero en este caso va un paso más allá. Mediante unas gafas, esta tecnología logra reconocer un entorno y colocar objetos de forma inteligente en este espacio de forma que se adapten e interactúen en tiempo real. Desde hace un par de años, la NASA recurre a la realidad mixta para simular procesos que pueden darse en el transcurso de un experimento. Así, la misión BASALT viajó a Hawai y otras regiones para recorrer campos de lava en condiciones complicadas como las que los astronautas pueden encontrarse en el espacio. Recopilando imágenes e información del entorno a través de la realidad mixta, pueden comprender mejor la naturaleza de la expedición. Para esta realidad mixta ya existen gafas inteligentes, las smartglasses que funcionan con tecnología 5G e inteligencia artificial.
Una realidad para las empresas
La realidad extendida se puede aplicar en distintos sectores para optimizar procesos y generar así mayor eficiencia. En industria, en retail o en formación, estas tecnologías aportan nuevas formas de interacción. En medicina por ejemplo se usa para mejorar el diagnóstico al representar objetos (en este caso órganos, huesos, etc.) en dos o en tres dimensiones. Además apoya en la formación de los investigadores ya que pueden simular intervenciones.
En el caso del retail, la realidad extendida permite probar productos antes de comprarlos, incluso simular cómo quedaría un elemento de decoración en nuestro propio salón. Es frecuente también que algunas marcas de gafas ofrezcan en su web de compra online ver cómo queda un modelo concreto.
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