Nos enfrentamos sin duda a un marco empresarial y económico muy exigente con una alta disrupción en los diferentes procesos de gestión y ejecución. Esto es así porque las tensiones geopolíticas, la crisis socioeconómica o las ciberamenazas, han hecho que las diferentes entidades tengan que sentarse a pensar si la forma de proceder hasta ahora es la correcta y si sirve a medio-largo plazo. Y la respuesta está siendo un no en la mayoría de los casos.
Este no es aún más rotundo si hablamos del funcionamiento de las cadenas de suministro. Hasta ahora han sido extremadamente interdependientes lo que ha provocado, entre otros problemas, repetidas interrupciones de abastecimiento. Además, los directores de compras o CPOs llevan ya mucho tiempo sorteando múltiples desafíos como la quiebra de proveedores clave (en el 56% de los casos), proveedores que no cumplían las especificaciones habituales (en el 36%) o la pérdida de ingresos debido a la escasez de suministro (en el 32%), tal y como señala el último estudio de Deloitte.
Por otro lado, muchas empresas están pagando el enfoque de puro precio que ha primado en sus estrategias de compras durante años y años. Pero de nuevo, la realidad se ha impuesto y ha hecho palpable que este enfoque ya no vale. Los profesionales del área que lideren el cambio no serán ni mucho menos, aquellos que se centren en la gestión de costes y el ahorro. Es primordial acortar las cadenas de producción y contar con alternativas de suministro cercanas, independientemente del coste que suponga esto. La eficiencia operativa se ha convertido en la principal prioridad de negocio que se les requiere a los CPOs, seguida de otros puntos clave como la transformación digital.
Todos estos ajustes no deben hacerse a marchas forzadas o el área de compras se enfrentará a nuevos problemas. Pero si se hace bien, de forma estratégica, colaborativa y profesionalizada, en la crisis está sin duda la gran oportunidad. Y es una oportunidad también para los responsables del área, para los que es el momento de convertirse en líderes de un cambio generador de valor, logrando un alto nivel de desempeño con impacto positivo tanto para su propia empresa como para la sociedad.
Los CPO deberán centrarse en la cadena de valor end-to-end y administrar adecuadamente el proceso en las diferentes etapas, desde la planificación, la negociación, el abastecimiento, la construcción, la entrega, pagos y facturas y la devolución. Es un enorme reto conseguirlo, porque en un entorno global tan competitivo como el actual, es enormemente complejo responder a todo lo que pueda producirse en la cadena sin que afecte a la rentabilidad del negocio o incluso al cliente final y su experiencia.
Las organizaciones de compras están también incorporando nuevas herramientas digitales para dar servicio a todo el negocio y que, al mismo tiempo, sean capaces de reinventar continuamente su función. Convirtiéndolas en áreas más inteligentes, ágiles y rápidas. En este punto el CPO tiene la oportunidad de convertirse en buscador de tendencias, y en observador y catalizador de la innovación para el negocio.
Además, se encaminan hacia estructuras más pequeñas, integradas por perfiles muy especializados, y apoyados por partners estratégicos con un alto nivel de know-how interno y externo.
La función de compras es un actor cada vez más core, estratégico y comprometido con la globalidad de la estructura empresarial. Es por ello por lo que deberán ser capaces de extraer valor de redes más amplias, convirtiéndose en facilitadores del ecosistema, e integrándose con el departamento de producción.
Los nuevos modelos de compras deben cumplir, además, un plan de gestión responsable y bajo estrictos principios de sostenibilidad para todo su ámbito de influencia, tanto externo como interno. De hecho, se prevé que lideren la integración de las políticas Environmental, Social and Governance (ESG) en toda la cadena de valor, para asegurar el impacto positivo del negocio en la sociedad.
En definitiva, es importante apostar por el cambio ya, independientemente de que nos encontremos en unas circunstancias críticas. Ya que la profesionalización y digitalización del área de compras ayudará a las empresas a crecer, acompañándolas en su evolución, compartiendo sus objetivos y retos estratégicos, todo alineado con el resto del negocio. Y, lo más importante, incrementando las posibilidades de supervivencia en estos tiempos tan convulsos.
Opinión