Un consorcio liderado por la compañía nipona de inversión tecnológica SoftBank ha conseguido finalmente acordar la compra de una participación superior al 17% en la plataforma Uber Technologies. La noticia, adelantada este jueves por The Wall Street Journal, llega tras meses de negociaciones entre ambas partes. La operación se realizará a través de una inversión de 9.000 millones de dólares, 7.520 millones de euros al cambio. Este precio supone valorar a la app estadounidense de transporte personal en torno a 48.000 millones de dólares (40.055 millones de euros). Esta valoración supone, según Wall Street Journal, que Uber Technologies es la startup mejor valorada de EEUU, a pesar de que el consorcio que capitanea SoftBank ha conseguido un descuento en la negociación de un 30% respecto a una estimación anterior que situaba el valor de Uber en torno a 68.000 millones de dólares (56.700 millones de euros). SoftBank justificó su oferta bajista debido a los problemas de gestión que ha afrontado la plataforma, como la traumática salida de su ex CEO Travis Kalanick, al que han tardado más de seis meses en encontrar sustituto, escándalos de acoso sexual y demandas que afronta por parte de competidores en varios países. A mediados de noviembre, SoftBank y Uber acordaron que el grupo japonés entraría en la compañía de transporte privado inyectando 1.000 millones de dólares junto a un consorcio de inversores, que les aporta un 2,5% de sus títulos, y adquiriendo acciones por otros 9.000 millones, que suponen otro 15% de los títulos de Uber. De este modo, SoftBank comprará acciones actualmente en manos de sus directivos y empleados, que tienen actualmente el 20% de sus títulos, y de otros inversores. La nipona ha contado en esta operación con socios como la tecnológica china Tencent y las inversoras estadounidenses Dragoneer, Sequoia y TPG. Con esta compra, la compañía japonesa consigue dos puestos en la junta directiva de Uber, que amplía su grupo dirigente hasta 17 miembros. Además, la plataforma expandirá los derechos de voto de todos los inversionistas, recortando el poder de decisión que hasta ahora ostentaban los primeros accionistas.
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