Más allá del sonido, llega una radio que se ve

RNE acerca la radio a personas con discapacidad auditiva a través de la TDT

La radio conecta desde hace un siglo a millones de personas en todo el mundo gracias a dos conceptos tan complejos como como simples: las ondas invisibles y la palabra. Noticias, música, cultura y entretenimiento sonoro han llenado el salón de muchos hogares, acompañado infinidad de trayectos en coche y compuesto las bandas sonoras de nuestras vidas a través de un medio que forma parte esencial de nuestro día a día.

Sin embargo, para una parte significativa de la población -1,25 millones de personas, según el INE-, este vasto universo de información, diversión o conocimiento ha permanecido fuera de su alcance. Se trata de las personas sordas o con discapacidad auditiva quienes, pese a la diversidad y evolución de los medios, han estado históricamente excluidas de la enriquecedora experiencia radial.

En un mundo en el que la tecnología ha permitido que las barreras de un derecho tan esencial como la comunicación se derriben poco a poco, el desafío de hacer accesible la radio para todos todavía estaba pendiente de abordar.

Pero esa demanda social está próxima a cumplirse gracias a una iniciativa pionera de la estatal Radio Nacional de España (RNE), que ha lanzado una emisión en pruebas de los programas de R1 a través de los canales de TDT en abierto, con imagen de los estudios en directo y un sofisticado sistema de subtitulación que todavía se está entrenando.

“Para nosotros este piloto supone el milagro laico de que las personas sordas puedan oír”. Así de poético se muestra Ángel García Castillejo, director de Políticas Audiovisuales, Servicio Público e Internacional en Corporación Radio Televisión Española (CRTVE) cuando cuenta ilusionado el proyecto “RNE para todos” que está siendo objeto de atención por parte de otros grandes grupos en el mundo, ninguno de los cuales se ha embarcado aún en un proyecto de estas características.

Hasta hace 14 años, cuando se publicó la Ley General de Comunicación Audiovisual, no había establecida ningún tipo de obligación sobre cuestiones de accesibilidad a los medios, las prioridades eran otras. En los primeros años en los que se empezó a hablar de inversiones y adaptación, algunos consideraban estas cuestiones prácticamente anatema. Afortunadamente, explica Ángel, la legislación ha permitido normalizar al menos parcialmente el derecho universal a la comunicación audiovisual.

Aunque los medios han avanzado mucho en asuntos mandatorios -desde el subtitulado de podcast y de productos de cine y televisión al lenguaje de signos o las audiodescripciones-, la accesibilidad de la radio no está todavía específicamente mencionada en la legislación.

“Y eso a pesar de que la ONU habla del principio de diseño universal de los servicios accesibles para todos”, explica Ángel. “Todos en algún momento somos o seremos personas con algún tipo de discapacidad. Un día somos conscientes de la importancia de un rebaje en la acera cuando vamos con un carrito o de la de un ascensor cuando llevamos muletas. En el caso de la sordera, todos podemos experimentarla emocionalmente cuando estamos en un bar o en el metro y vemos las noticias en televisión, por ejemplo”.

Como en tantas otras casas, en la de Ángel la radio se prendía al amanecer y permanecía con ellos hasta que alguno se dormía arropado por la información deportiva tradicional de la medianoche. Por eso su madre echa de menos la radio desde que perdió completamente la audición.

El proyecto que devolverá una parte esencial de su día a día a la madre de Ángel es fruto de la insistencia de la comunidad sorda y su interacción con RTVE, que probó por primera vez la experiencia en febrero de 2023.

“Tenemos comunidades que afortunadamente nos espolean en este tipo de servicios tan esenciales”, explica Javier Sánchez Pérez, responsable de Estrategia del Centro de Innovación RTVE.

“Hicimos una prueba el 13 de febrero de 2023, día mundial de la radio. RNE emitía su programación desde la estación de Moncloa con dos televisores en directo que mostraban subtítulos de la emisión”, explica. “Aquel día lo que se decía en la radio se hacía visible para las personas con discapacidad auditiva y aquello los emocionaba”.

“Sin embargo, por aquel entonces no había espacio en los múltiplex de TVE ni parecía que fuese lo más excitante del mundo sentarse a leer subtítulos de un programa de radio sin contexto ante una imagen estática”.

Pero a finales de junio se hizo pública una nueva hoja de ruta para la TDT que migrará el año que viene a un nuevo estándar (DVB T2) con mayor flujo de datos y resolución. Y fue ante este escenario cuando los entrevistados decidieron ponerse manos a la obra tras una reunión con sus compañeros de emisiones.

“Los últimos avances en materia de subtitulado automático permiten ofrecer un directo más fiel y de mayor calidad con una emisión que, en este caso, no se basará en una imagen estática subtitulada… sino en la imagen de vídeo con realización de Radio Nacional procedente de los estudios 101 y 102”, explica Javier para añadir que el lanzamiento final del servicio, con acceso libre a más del 99% de la población, llegará en la primavera de 2025.

El servicio, que al incluir vídeo también permitirá lectura labial, irá incorporando un espacio personalizable con lenguaje de signos en directo que, en una fase posterior, será sustituido por un complejo avatar al que los técnicos están entrenando con ayuda de diversas entidades.

“Colaborar en hacer accesible la radio a las personas sin audición afianza el compromiso de Cellnex con la diversidad y la inclusión, términos que cobran vida gracias a la tecnología. Yo mismo soy padre de un sordo bilateral profundo e implantado coclear, con lo que es un doble motivo de orgullo para mí que el servicio prestado a RTVE por Cellnex España contribuya a la creación de valor en la sociedad”, explica Alfonso Álvarez, CEO de Cellnex España, el grupo responsable de la transmisión de las señales de televisión y radio en España.

“El proyecto cuenta con colaboraciones clave como la de Cellnex que ha sido parte fundamental de este sueño de la inclusión”, señala Javier. “El Centro Español del Subtitulado y la Audiodescripción (CESyA), de la Universidad Carlos III, también es esencial para ayudar en las mejoras de un subtitulado muy complejo, compuesto por dos capas, una que obedece a reglas lingüísticas y otra que tiene que ver con el entrenamiento para llegar a la precisión deseada”.

Pero parece que la ambición inclusiva de estos dos visionarios va más allá. “Queremos hacer realidad el derecho constitucional a la comunicación para todos. Ahora estamos empezando a trabajar en un proyecto muy complejo para hacer accesible el mundo audiovisual a personas con discapacidad cognitiva”, explica Ángel. La idea, todavía en las cocinas del ente público, es replicar en el mundo audiovisual la conocida como “lectura fácil”, una iniciativa que adapta la redacción y presentación de documentos de forma sencilla y fácil de entender para personas que presentan dificultades de comprensión.

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