Las agencias de calificación llevan desde principios de año rebajando la valoraciones de Venezuela conforme escalan las tensiones políticas contra el régimen de Nicolás Maduro. La última ha sido la estadounidense Standard&Poor Global Ratings, que ha cambiado su calificación de la deuda a largo plazo del país de ‘CCC’ a ‘CCC-‘, tres niveles por debajo del grado de inversión y conservando el margen para futuras bajadas. El rating queda así por debajo de la calificación de ‘bono basura’. Otras agencias como Fitch Ratings y Moody’s Investors Service coinciden en valorar los títulos como «especulativos». El principal motivo de la rebaja ha sido el incremento de las tensiones políticas entre los partidarios del régimen y la oposición, después de que Nicolás Maduro se negará a reformar la Constitución. El riesgo de quiebra de la economía venezolana es otro de los factores que ha empeorado, después de que Maduro bloqueara las importaciones de alimentos y medicamentos con el objetivo de garantizar el efectivo necesario para hacer frente al repago de los bonos. A esto se suma la caída en el precio del petróleo y en los niveles de producción, siendo la principal fuente de ingresos del país. Venezuela tiene que hacer frente a repagos del principal de la deuda y de intereses por un valor total de 5.000 millones de dólares (4.366 millones de euros) en lo que queda de año. Las previsiones económicas tampoco dan pie a esperar un incremento de las reservas por otra vía, con pronósticos de una contracción en su actividad de en torno al 6% y un incremento de la inflación del 950%, frente al 500% de 2016. Como consecuencia, la probabilidad de que Venezuela no pueda hacerse cargo de alguno de sus compromisos de pago en los próximos 12 meses se ha disparado hasta el 56%, según los datos de Bloomberg, su nivel más alto desde diciembre. Tan sólo en la jornada del martes, el precio de los bonos de referencia emitidos en dólares con vencimiento en 2027 cayó un 1%, hasta los 49,79 centavos, su mayor descenso en el último mes. Las previsiones del resto de organismo internacionales no son más optimistas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que el país se mantenga en una «profunda recesión» motivada en primera instancia por la «hiperinflación». En concreto, el organismo espera que el PIB venezolano caiga un 7,4% en 2017 y la inflación alcance subidas del 1.134%. «Las condiciones sociales en Venezuela han empeorado rápidamente, con un incremento de la pobreza del 82% en 2016, con un 50% considerado extremo». La entidad dirigida por Christine Lagarde también señala que es probable que el país tenga la mayor tasa de homicidios del mundo, alcanzando los 92 asesinatos por cada 100.000 habitantes el año pasado.
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