Las oportunidades del Big Data y la inteligencia de datos para las organizaciones y la sociedad son inmensas. Estas herramientas incluyen algoritmos y métodos para almacenar, extraer, limpiar, analizar e integrar datos que permiten deducir o detectar patrones y tendencias que existen en los datos. Cuando todo esto se aplica a un gran conjunto de datos, con relaciones complejas y fuentes diversas, hablamos del proceso de minería de datos. En líneas generales, podemos decir que las herramientas de Big Data permiten “descubrir” conocimiento de gran valor para explotar oportunidades de negocio (arista de la relación con el cliente y el mercado) y/o para mejorar la productividad del negocio (arista de las operaciones y los recursos). Más allá de los elementos técnicos y de la modelización, es importante reconocer que el Big Data y la Inteligencia de Datos implican la realización de cambios significativos en los procesos, la estructura, la cultura, las competencias y los sistemas de gestión/toma de decisiones en las organizaciones. Continuando con nuestro Modelo de Desarrollo Multidimensional de Capacidades para la Transformación Digital, representamos a continuación el caso del Big Data. Transformación en la dimensión “Procesos”: El Big Data permite que las organizaciones mejoren sus procesos de toma de decisiones. Las empresas deben pasar de un modelo de toma de decisiones basado en la experiencia y/o la intuición (representado por directivos y gerentes que aplican su experiencia a cada reto o problema) a un modelo de toma de decisiones basado en la evidencia (es decir, basado en el conocimiento que se deriva de los datos). Adicionalmente, las herramientas de Big Data permiten tomar decisiones en tiempo real e influir sobre eventos que están ocurriendo en un momento determinado. Todo ello exige a la organización un aumento en la velocidad de respuesta y a la creación de procesos más ágiles. Sin embargo, no se puede ser más ágil manteniendo procesos de toma de decisiones con múltiples puntos de aprobación, poco empoderamiento y/o máxima centralización. Transformación en la dimensión “Estructura”: El impacto del Big Data en los procesos de toma de decisiones deriva en un cambio en los roles y en la estructura de poder dentro de las organizaciones. La capa de dirección, que antes monopolizaba el proceso de toma de decisiones, se ve ahora amenazada por una capa de analistas de datos con capacidad para sugerir decisiones basadas en datos que cambia el rol de la alta dirección en el proceso de toma decisiones. Adicionalmente, y para el desarrollo de una organización más ágil, se requiere más empoderamiento y la desintermediación de varios procesos. Transformación en la dimensión “Cultura”: El Big Data impone en las organizaciones la creación de una cultura orientada a maximizar el valor del dato. Esto implica mayor nivel de transparencia, integración de procesos y sistemas, y toma de decisiones basada en la evidencia. Podemos recuperar la frase célebre de Deming, estadístico adelantado a su tiempo y padre de la calidad total, que dijo: “En Dios yo confío, todos los demás deben traer datos.” En conclusión, y como hemos mencionado anteriormente, la transformación digital requiere un modelo interdisciplinario y multidimensional que redefina las bases y las premisas de cómo la organización compite, atiende las necesidades de sus clientes y genera beneficios para los accionistas. Oswaldo Lorenzo Ochoa, Deusto Business School
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