Transformación digital, ciberseguridad e IA

Por Patxi Galán-García, CTO de Entrii Analytics

«Vivimos un momento histórico en la humanidad con la tecnología», esta afirmación, que hemos oído en los últimos años, resuena como una verdad innegable en el contexto empresarial actual. La transformación digital emerge no solo como una tendencia sino como una necesidad imperante para aquellas empresas que aspiran, no sólo a sobrevivir sino a prosperar. Sin embargo, este viaje hacia la digitalización está lejos de ser un paseo tranquilo por el parque; está lleno de desafíos, oportunidades y amenazas, especialmente en las áreas de ciberseguridad e inteligencia artificial (IA).

Desafíos de la transformación digital

Iniciar un proceso de transformación digital implica mucho más que sólo adoptar una o varias tecnologías. Requiere un compromiso y reinvención de las bases de la empresa, cómo interactúa con sus clientes y cómo se posiciona en el mercado global. El gran desafío de esta etapa es superar la resistencia interna. Cambiar procesos arraigados y mentalidades puede ser una tarea épica. Muchas veces, la inercia organizacional y el miedo a lo desconocido pueden estancar o incluso dar a pique iniciativas de transformación digital.

El otro reto crítico es mantenerse al día con el ritmo vertiginoso de la innovación. La elección de qué tecnologías adoptar, cuándo y cómo integrarlas eficazmente en los procesos existentes, puede ser abrumadora. Esto se complica aún más por la necesidad de garantizar que estas nuevas herramientas se alineen con los objetivos estratégicos de la empresa y creen valor real. Evitar el hype de las modas y no evitar abordar todo, porque sí, con tecnología, puede ayudarnos a no malgastar recursos ni dinero. El dicho de “no matar moscas a cañonazos” en este contexto toma mucha fuerza.

Protegiendo el presente y el futuro digital

La digitalización conlleva aumentar los vectores de ataque sobre las empresas, brindando nuevas oportunidades a personajes como los script kiddies o los hackers. Actualmente, los ciberataques no sólo son más frecuentes, sino también más sofisticados. El desarrollo de nuevas herramientas que utilizan elementos estandarizados hacen que casi sea un ecommerce de exploits y ejecución el atacar a un sistema. La ciberseguridad, por lo tanto, se convierte en una prioridad absoluta. Los retos van desde proteger los datos sensibles, evitar fugas o monitorizar recursos hasta garantizar la continuidad del negocio frente a ataques que pueden paralizar sistemas enteros.

Un dogma a interiorizar es que la ciberseguridad no debe verse como un gasto adicional sino como una inversión esencial en la continuidad y el crecimiento del negocio. Esto implica adoptar un enfoque holístico que incluya tecnología punta, capacitación y formación de empleados y una cultura organizacional que priorice la seguridad digital como un elemento fundamental de todas las operaciones empresariales. Todo esto sin volvernos locos y ponernos un gorro de papel albal en la cabeza. Debe haber un equilibrio lógico.

Navegando entre oportunidades y desafíos

La IA, que no es algo nuevo, es una potentísima herramienta que puede ayudarnos a digitalizar, manteniendo la seguridad. En los últimos años, su evolución ha hecho que ofrezca un potencial transformador inmenso. Desde automatizar procesos rutinarios hasta generar insights a partir de grandes conjuntos de datos, esta herramienta nos ayuda a ejecutar las actividades de no valor agregado.

Dejando de lado el miedo que se tiene por el “trabajo que nos va a quitar”, esta herramienta es un must que debemos aprender a utilizar. Sin embargo, su implementación trae consigo un conjunto de desafíos. La brecha de habilidades es uno de ellos. Hay una demanda creciente de talento especializado en IA que supera la oferta disponible y, además, existe el riesgo de que la dependencia de sistemas automatizados pueda llevar a la pérdida de habilidades críticas dentro de la organización.

Sin embargo, las oportunidades que la IA presenta son muchas. Puede mejorar la eficiencia, personalizar la experiencia del cliente, abrir nuevas vías para la innovación, buscar soluciones sin descanso y permitir centrarnos en enfrentar nuevos horizontes. El reto radica en abordar la IA con una estrategia bien pensada que considere tanto los beneficios potenciales como los riesgos asociados, incluidos los éticos y los relacionados con la privacidad.

Un camino hacia el futuro

La transformación digital, de la mano de la ciberseguridad y con la ayuda de la inteligencia artificial son los tres pilares que definen el paisaje empresarial del siglo XXI. Cada uno de estos elementos presenta sus propios retos y oportunidades. Superar los obstáculos asociados con la transformación digital requiere una combinación de liderazgo visionario, adaptabilidad organizacional y una firme dedicación a la seguridad y la ética en la adopción tecnológica.

Las empresas que logren navegar con éxito estos turbulentos mares, no sólo sobrevivirán, sino que prosperarán, marcando el camino hacia un futuro en el que la tecnología y la humanidad converjan de maneras que hoy apenas podemos imaginar. La clave está en abrazar el cambio, evitar las modas analizando las necesidades reales, proteger fervientemente los activos digitales y tener el valor de explorar las nuevas fronteras que la IA ofrece.

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