Donald Trump ha presentado este martes ante el Congreso su primera propuesta de Presupuestos para 2018. Entre las medidas estrella ya anunciadas destaca su intención de vender progresivamente la mitad de las Reservas Estratégicas de Petróleo (SPR) de Estados Unidos para paliar el elevado endeudamiento público. En concreto, el objetivo es obtener hasta 500 millones de dólares (613 millones de euros) en 2018 y hasta 16.600 millones de dólares (14.786 millones de euros) en 2028 mediante la oferta de los 688 millones de barriles acumulados entre los almacenamientos de Texas y Louisiana. El Gobierno no ha compartido todavía cuál sería el calendario de ventas ni las cifras concretas más allá del beneficio esperado. Estas reservas tienen el objetivo de garantizar la provisión de combustibles ante desastres naturales o accidentes inesperados. La legislación actual contempla la venta de 190 millones de barriles desde las reservas entre 2017 y 2025 (27% del total), además impone un mínimo de almacenamiento de 450 millones de barriles. La iniciativa de Trump incrementaría el ritmo de ventas y el riesgo de no cubrir el inventario mínimo fijado por ley. La propuesta incluye además la reactivación de las perforaciones en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (Alaska), con la que espera recaudar hasta 1.800 millones de dólares (1.603 millones de euros), generando una producción ‘extra’ de en torno a 12.000 millones de barriles en la próxima década. Según las estimaciones de la Administración Trump, el acuerdo de arrendamiento de la reserva podría empezar a generar en torno a 100.000 millones de dólares (89.000 millones de euros) en ingresos a partir de 2022. El borrador también incluye la interrupción de las cesiones de derechos de explotación con los estados en el Golfo de México, una medida que afectaría a Alabama Louisiana, Missisipi y Texas, que actualmente poseen el 37,5% de los derechos de explotación de petróleo y gas en la zona. El Ejecutivo estadounidense espera obtener hasta 3.560 millones de dólares (3.170 millones de euros) durante los próximos diez años. Los presupuestos contemplan también la recuperación de la cuota del Fondo de Residuos Nucleares en 2020, señal de que planea además tener un deposito de residuos permanente que posiblemente su ubicará en Nevada, lo que incrementaría los ingresos en 3.100 millones de dólares (2.761 millones de euros). Antídotos tras la reforma fiscal La Administración Trump se ha visto obligada a cuadrar las cuentas tras presentar hace menos de un mes el que será «el mayor recorte fiscal en la historia de Estado Unidos», una reforma de corte expansivo con la que espera desahogar a individuos y empresas para dinamizar el consumo y la inversión en el país. Los pilares de la nueva ley son dos: la modificación del impuesto sobre la renta y la bajada del impuesto sobre sociedades. En el primer caso, Trump quiere reducir el tributo de siete a tres tramos impositivos según el nivel de renta. Además, los primeros 22.100 euros estarán exentos y se doblarán las deducciones básicas para individuos y las desgravaciones para familias y personas dependientes. En el otro extremo, se reducirán las deducciones para las rentas altas, aunque se mantienen las que se aplican a hipotecas y donaciones solidarias. Respecto a sociedades, la administración Trump quiere bajar el tipo medio del 35% al 15%, aunque este podría ser aún más competitivo para las empresas que decidan repatriar beneficios desde el extranjero. Sin embargo, el recorte fiscal propuesto no contemplaba hasta ahora vías alternativas de ingresos, lo que ha hecho saltar todas las alarmas sobre cómo se financiará uno de los países más endeudados del mundo (17,5 billones). Según los medios locales, el coste de la bajada tributaria podría oscilar entre los 4,6 y los 6,4 billones durante la legislatura, mientras que los ingresos tan sólo sumarían en torno a 1,8 billones.
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