Un negocio con corcho y en botella

Con frases como esta, y con otras como "sabemos que la mayoría de las guías de cata de vinos son terriblemente aburridas… y algo presuntuosas", o "personalmente creemos que lo más importante a la hora de catar vinos es abrir la mente, liberar tensiones, relajarse y disfrutar de ellos" ,los responsables de esta cadena de tiendas del vino quieren tirar abajo mitos, democratizar el consumo y que la cultura, la experiencia alrededor del vino sea mucho más agradable e interesante de lo que era hasta ahora, con tanto figurón que fingía entender porque olía el tapón recién descorchado y tantos desmanes cometidos a la hora de etiquetar los precios de las botellas: "Y es que, al final, como ya no es posible salir sin dejarte un dineral entre aparcamientos, restaurantes, bares de copas y demás ?con el inconveniente de que quienes vayan a conducir no pueden beber…? muchas parejas deciden invitar a los amigos a cenar en su domicilio, turnándose entre ellos para repetir. Y los anfitriones desean agasajar a sus invitados con un buen caldo, encargándose ellos de adquirir el vino; pero caramba, sin volverse locos…", explica Carlos Castrejón, el emprendedor que está detrás de TomeVinos, una cadena que cuenta ya con once establecimientos abiertos al público en Madrid y Zaragoza, puesta en marcha a la luz de unas estadísticas oficiales que demuestran que cada vez se consume más vino en España. "Y desde luego, los supermercados no ayudan, porque no hay nadie que te pueda asesorar, y sus precios muchas veces son superiores a los de nuestras tiendas. Y por desgracia, tampoco se puede decir que haya tiendas de vino de proximidad, que no asusten por sus precios. A partir de ahí, nuestra intención a la hora de crear la marca TomeVinos ha sido democratizar el consumo de vino, es decir, hacerlo accesible y asequible al bolsillo de cada uno, y también, por supuesto, al alcance de cualquier grado de conocimiento que se tenga sobre el tema".

El deseo de todos los que conforman TomeVinos es que la experiencia de comprar y regalar caldos sea toda una delicia para sus clientes. Y todo un reto, con novedades continuas en sus tiendas, que apuestan por vinos de calidad, tanto de nombre reconocido como de bodegas pequeñas, pero que tienen mucho que contar. En la primavera de 2009 abría al público su primera tienda, en Torrelodones, a la que enseguida sucedió otra, en otoño del mismo año. Y en febrero de 2010 inauguraban una tercera, en Majadahonda, para comenzar su expansión a través del sistema de concesión de franquicias. "Pero se trata de una enseña muy particular", asegura Carlos Castrejón, "puesto que buscamos una química y un compromiso personal con el franquiciado muy intensos, de manera que éste sea capaz de transmitir la filosofía de la marca a sus clientes". Y es que, según este empresario, la franquicia es una fórmula idónea para quienes deseen introducirse en este mercado, puesto que permite no sólo no cometer los mismos errores de principiante por los que ya ha pasado la central, sino aprovechar al máximo las economías de escala: "La gente está buscando precisamente esas tiendas de vinos de proximidad, porque quiere variedad a la hora de consumir, y no puede ir directamente a las bodegas dado que éstas no le van a vender una o dos botellas, sino cajas enteras, y a un precio que no es el que resulta posible en los establecimientos TomeVinos", explica Carlos Castrejón, quien resalta "la formación que impartimos a cada nuevo miembro de su red, no en lo que a conocimientos enológicos se refiere ?que esos se dan por supuestos?, sino en el trato a la gente, en la parte comercial, en la empatía con los clientes… Si no hemos tenido más que una reclamación en todos estos años, por algo será". Ese algo es lo que el fundador de esta enseña denomina "el espíritu TomeVinos", del cual se impregnan todos y cada uno de los nuevos propietarios de tiendas, que celebran mensualmente una reunión para catar nuevos caldos y ver y analizar novedades. Y que se benefician de los dos almacenes reguladores que la marca posee, en Alcalá de Henares y en Torrelodones, que centralizan las compras beneficiando a su red de establecimientos.

Por eso, no le cuesta esbozar el retrato-robot de lo que sería, a su juicio, un candidato a franquiciado con posibilidades de convertirse en nuevo miembro de la familia TomeVinos: "No basta con ser un amante o un simple conocedor del vino. No nos vale una persona que quiera empezar a aprender; ni siquiera un simple aficionado. Ha de tratarse de alguien cuyos conocimientos estén por encima, y si se trata de un sumiller, mejor aún. Al fin y a la postre, en la mayoría de los casos eran clientes en los que finalmente confiamos para que hiciesen realidad su interés en poseer una tienda con nuestro rótulo".

Según Carlos Castrejón la expansión de su enseña es imposible de predecir, puesto que va a crecer a su propio ritmo: "podemos abrir una tienda o podemos inaugurar siete; es imposible de saber ahora mismo, porque no tengo una bola de cristal, pero desde luego cada apertura va a seguir consolidando la red, tanto en la facturación de cada establecimiento como en el conocimiento que de TomeVinos tengan las bodegas", aclara el promotor de la cadena, quien asegura que ésta es la mejor forma de recibir buenas ofertas por parte de dichas bodegas, y de sorprender finalmente al público, "porque si algo le gusta a los miembros de nuestra red, y a todos sus clientes, es descubrir nuevos caldos".

Ficha

Creación de empresa: 2009

Inicio de la expansión: 2011

Inversión total: existen tres modelos:la tienda pequeña, de unos 22.000 €; la tienda mediana, con un coste de montaje de unos 35.000 €, y la tienda próxima a un centro comercial.

Canon de entrada: 15.000 euros en los tres casos

Royalty de explotación: 140 euros

Royalty de publicidad: incluido en el anterior

Duración del contrato: 5 años, renovables por otros 5

Dimensión del local: la tienda pequeña, de barrio, entre 30 y 50 m²; la tienda mediana, en torno a los 80 m² y finalmente otra con mayor espacio de exposición.

Requisitos del local: cuanto mejor aspecto presente menor será la inversión en remodelación.

Población mínima: 25.000 habitantes.

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