Desde que empezó el ‘lio’ con respecto al dividendo digital no hemos dejado de escuchar hablar del espectro. Esto es la materia prima que los operadores necesitan para desplegar sus redes de alta velocidad y poder ofrecerlas a sus clientes. Su uso está regulado y limitado para garantizar la competencia en el sector, permitiendo así que el espectro pueda repartirse entra varios operadores.
Después de la última licitación de este espectro, Vodafone alcanzó los límites de compra, pero tras adquirir Ono, comenzaron los problemas. Ono también había adquirido parte de este espectro, por lo que Vodafone había acumulado más de lo permitido.
En esta situación, Vodafone inició negociaciones para alquilárselo a Jazztel ya que era el principal operador al que podría interesarle al complementar la licencia con la que ya contaba pero Orange se interesó por jazztel y la situación cambió radicalmente.
Con Jazztel fuera de juego, a Vodafone le ha tocado devolver el espectro al Estado. El operador intentó que el Gobierno ampliara el máximo de espectro permitido por compañía, pero el Ejecutivo no lo aceptó. Ahora Vodafone pretende recurrir e iniciar un procedimiento para reclamar la devolución de los 13.3 millones que en su día pagó ONO por las frecuencias.
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