El próximo domingo se celebran elecciones generales en España. Los votantes acudirán a las urnas o depositarán su voto por correo, aunque no siempre fue así. El paso de los años y el avance de la tecnología han cambiado también la forma de organización de las elecciones. La innovación ha agilizado aspectos como la entrega del voto, el registro de electores y el recuento de papeletas. Según datos del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, de los 178 países inscritos en su base de datos, solo 34 utilizan el voto electrónico, ya sea a nivel nacional o regional.
Desde Entelgy, The BusinessTech Consultancy, una empresa dedicada al impulso de las nuevas tecnologías, recuerdan la evolución de los sistemas desde finales del siglo XIX:
– Voto mediante palanca
Jacob H. Myers patentó en 1899 la primera máquina de votación mecánica. Se trataba de un mecanismo que utilizaba una palanca con el fin de proteger la privacidad del votante, ya que se desconocía quien había activado dicho instrumento. Además, impedía que una persona votara dos veces y agilizaba el recuento de votos. La primera vez que se usó fue en Lockport (Nueva York) en 1892.
– La máquina tabuladora de Hollerith
Al igual que el voto por palanca de Myers, la máquina tabuladora fue creada en la década de 1880 por Herman Hollerith. Esta solución nació para automatizar y acelerar el proceso de recopilación y análisis de datos, que permitía construir el censo electoral de una forma mucho más rápida. Está máquina sentó las bases para la fabricación de nuevas máquinas, como los dispositivos de votación mediante tarjetas perforadas que aparecieron en la década de los 60 en Estados Unidos.
– Sistemas electrónicos mediante máquinas de lectura ópticas
En paralelo a los votos mediante tarjetas perforadas, señalan desde Entelgy, aparecieron las máquinas de lectura óptica. Funcionaban a través de un sistema de escáner como los que se usan para corregir test, por ejemplo, el utilizado en el examen teórico de circulación. Funcionaba de tal manera que los votantes marcaban con un bolígrafo su elección en una papeleta y después se concluía el recuento con este escáner.
– Voto electrónico
Además del escáner, opciones como las urnas electrónicas funcionan ya en algunos países. La opción escogida por el votante se registra electrónicamente y los datos se transfieren al centro de conteo. Por otro lado, el voto electrónico por internet permite votar mediante una página web a través de cualquier dispositivo electrónico. Los profesionales de Entelgy destacan que "es importante que haya una inversión en ciberseguridad para proteger los sistemas y datos electorales de posibles ataques, además de la utilización de métodos de verificación para evitar fraudes electorales, así como la implantación de auditorías para verificar la transparencia del proceso".
El voto electrónico por el momento solo está disponible en cuatro países de la UE: Bélgica, Bulgaria, Estonia y Francia, aunque este último solo lo utiliza para votar en el extranjero y algunas elecciones. En España, aunque no está implantado, se han realizado distintas pruebas piloto en los últimos años. En 1998, el Gobierno Vasco lanzó el sistema Demotek, patentado por la misma administración: se trataba de una urna que escaneaba las papeletas cuyos datos estaban cifrados. Ese mismo sistema se testó en las elecciones autonómicas de Cataluña en 2003, "donde se realizó una prueba piloto del voto electrónico a través de internet conociendo los resultados en tan solo 7 minutos. En el caso de la prueba piloto del voto a través de urnas electrónicas, los resultados se descubrieron en 5 minutos", explican desde Entelgy. Aunque no fueron los únicos, porque en Toro (Zamora) y Pol (Lugo) se emplearon sistemas parecidos en los comicios de 2004.
Respecto a si en un futuro próximo conviviremos con el voto electrónico en España, desde la compañía creen que "es posible", y añaden: "el voto electrónico puede ser una herramienta valiosa en otro tipo de elecciones como las locales o incluso en consultas ciudadanas para temas puntuales. La ventaja de la facilidad de este sistema de votación lleva implícita, no obstante, cierta sensación de falta de seguridad, de posible suplantación de identidad, lo que nos llevaría a un escenario de posible fraude". Para ello sostienen que los sistemas deben diseñarse para garantizar la integridad del voto y generar confianza en los ciudadanos.
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